13 de septiembre de 2009

EL TEATRO-CINE PAVON ( No estaba muerto, estaba de parranda)

En alguna ocasión hablé de D. Luis Gutiérrez Soto, arquitecto de cinematógrafos como el Europa o el Barceló, dándole el honor de padre de los grandes locales de la capital, quizás no recordé a el otro gran genio, autor del edificio al que dedico hoy estas líneas. Estoy hablando de Don Teodoro Anasagasti, arquitecto y artífice de grandes obras como el Real Cinema o el Monumental.

Cuando el Sr. Anasagasti proyectó este cinematógrafo, ya había realizado estos otros dos locales anteriormente citados, por lo cual se apoyaba ya sobre una fuerte cimentación en este campo. Sería en la primera mitad de los años 20, cuando ante la fuerte demanda de estos locales se le encarga D. Francisco Pavón a este genio la construcción, un nuevo edificio sobre un solar de planta irregular, sito en la calle de los Embajadores nº 11 c/v a la de Dos Hermanas.

Vista del edificio recien terminado.

Abrió sus puertas en el año 1925 con la asistencia de su majestad el Rey D. Alfonso XIII. El inmueble se elevó en tres alturas y estaba coronado en una de sus esquinas con un torreón publicitario emblema de las salas de espectáculos. La estructura se realizó en hormigón armado, lo cual permitió dar una distribución prácticamente diáfana al local, ya que en el patio de butacas había cinco pilares que soportaban el piso del entresuelo. La cubierta se realizó con cerchas de hierro y se cubrió de teja plana. En un principio contaba con un aforo total de 1800 butacas, que fueron reducidas con el paso de los años, repartidas en patio, entresuelo y palcos.

Fachada lateral del edificio y seccion.

Sus fachadas, tenían influencias de sus dos antecesores, a las que se les añadió un rotundo estilo Art-deco con aires alemanes, holandeses y vieneses, que rompía con una magnífica nota de color, especialmente en su fachada principal que estaba adornada con un espectacular esgrafiado naturalista. Puertas, ventanas, y barandillas componían una verdadera obra modernista que abrió sus puertas en 1925.
Vista principal del inmueble hacia 1925.

La entrada a la sala se hacía a través de dos grandes huecos adintelados sobre los que prevalecía un cuerpo volado rectangular al igual que en el Monumental y el Real Cinema. Tenía un magnífico vestíbulo de donde arrancaban dos escaleras de acceso a las plantas superiores y dos puertas de entrada al patio de butacas. Este a su vez tenía otras dos puertas de salida directa a la calle Dos Hermanas y un tercer hueco de salida del entresuelo.[...] 

El resto de la información la podrán encontrar en la página 214 de mi libro "Cines de Madrid"