2 de septiembre de 2012

EL CINE NARVAEZ


En el año 1939 y bajo un encargo del empresario Julián Reyzabal, el ya archifamoso  Luis Gutiérrez Soto realiza un nuevo cinematógrafo en la calle de Narváez nº 42 en un solar rectangular proveniente del derribo de un antiguo edificio de viviendas.


El nuevo edificio se construiría únicamente para albergar el cinematógrafo y se levantaría en cinco alturas más sótano, teniendo una sola fachada visible a la calle de Narváez desde donde se realizaría la entrada y salida de espectadores. El arquitecto escogió para su cara vista un alto paño de ladrillo remarcado por dos jambas de piedra caliza y culminado por un amplio voladizo bajo el cual había tres huecos correspondientes a la cabina y cuartos del operador.
En el centro del amplio paño que se extendía sobre la marquesina, resaltaban cinco huecos rasgados realizados también en piedra artificial que inundaban de luz el ambigú y sobre cada uno de estos, una escultura que representa las bellas artes.


La fachada del nuevo cine poco después de su inauguración.

El inmueble fue construido por la empresa Luz, Sancho y Cía. S.L. con estructura de hormigón armado y cubierta de hierro y teja plana. Su planta era completamente simétrica, como ocurriría de aquí en adelante en muchísimos otros locales. La entrada al cine se realizaba a través de cuatro huecos dobles resguardados por una amplia marquesina que dejaba a ambos lados espacio para las taquillas que quedaban prácticamente escondidas bajo las carteleras.[...] 

El resto de la información la podrán encontrar en la página 155 de mi libro "Cines de Barrio"