El cine Bellas Vistas
de la calle de Francos Rodríguez es sin duda alguna uno de los más queridos y
añorados por los vecinos de la zona de Bravo Murillo. Aunque desapareciera hace
ya muchos años la gente sigue
recordándolo por ser una de las salas más asequibles y familiares de la zona.
Todos los detalles arquitectónicos y datos que componen este artículo se los
debemos a uno de esos vecinos, José Martínez González que vivió junto a este
inmueble y hoy nos trasmite ese recuerdo de su niñez. Muchas gracias a él por
este magnífico testimonio.
En un solar de forma rectangular en la calle de Francos
Rodríguez nº 29, hoy 33, c/v a Juan de la Encina, que hasta donde llegamos a
conocer siempre estuvo desocupado se levantó a mediados de los años 40 un
edificio destinado a sala de fiestas y proyecciones que recibirá el nombre de
Bellas Vistas. Pero la historia se remonta algunos años atrás, en 1930 aparece
la primera noticia acerca de este negocio, situado en un solar indeterminado de
la misma calle donde se establece como años atrás un cinematógrafo de verano
regentado por el veterano Cipriano Carchenilla, uno de los primeros productores
españoles.
Un aspecto de la calle Francos
Rodríguez en el año 1927. En la imagen se ve claramente el solar donde se
levantaría el cine Bellas Vistas y en el que se estableció el cine de verano
del mismo nombre.
Algunos años después, concretamente en 1944 se presenta ante
la comisión de obras del ayuntamiento de Madrid un proyecto para cinematógrafo
en un solar fraccionado proveniente del anteriormente señalado, cuyas obras
correrían a cargo del famoso arquitecto don German Álvarez de Sotomayor Castro,
que un año antes había proyectado el cine-teatro Gran Vía en la avenida de José
Antonio. (Gran Vía)
El edificio de nueva planta se levantaría en cuatro alturas
más sótano y se había realizado siguiendo un sencillo patrón muy extendido en
este tipo de construcciones, muy bien organizado y divido en varias negocios
que podían funcionar unificada o independientemente.
El inmueble se realizó en parte con estructura de hormigón
armado, fábrica de ladrillo y cubierta metálica. Por su fisonomía se componía
de dos bloques, uno formado por el edificio de accesos y servicios que ocupaba
la cara principal, y otro que era una alta nave que corría paralela a la calle
de Juan de la Encina. En el edificio
principal las fachadas fueron
construidas con ladrillo visto macizo, únicamente engalanadas en la planta baja
por un zócalo de piedra con líneas horizontales,
y abultados en jambas y dinteles en las plantas superiores. La nave que
contenía el patio de butacas se decoró en toda su altura con abultados de
piedra artificial, siguiendo un sencillo patrón de formas geométricas coloreado
blanco.
Todas las ventanas de la planta superior se remataron con un
arco de medio punto, y se proyectaron la instalación de dos bustos sobre la
entrada al local que finalmente no se realizaron. La planta tercera que sufría
un retranqueo estaba ocupada por la vivienda del conserje y poseía una amplia
terraza con vistas a la calle principal.
El acceso al cinematógrafo se realizaba desde la calle de
Francos Rodríguez a través de tres huecos, dos más pequeños laterales y uno
central mayor separados por dos pilares que precedidos de tres escalones de
mármol blanco nos daba acceso a un gran porche de entrada. Cierres de tijera
separaban esta estancia de la calle y de esta forma se podía aprovechar para
instalar los cartelones con la película en proyección y la que se exhibiría
próximamente. Solado en mármol blanco el amplio ante-vestíbulo servía de
resguardo a los espectadores, y en él se había instalado dos huecos de
taquilla, sobre los cuales se colgaban amplios pizarrones donde se anunciaba la
película en cartel o se colgaban los afiches con escenas de la misma.
Un aspecto del cinema Bellas Vistas
una tarde de invierno, obsérvese como los espectadores se agolpaban junto a su
puerta principal y la lateral existente en la calle de Juan de la Encina. Una
estampa inusual y un tacto nostálgica en la actualidad. (Archivo Regional de Madrid. Foto:
Cristóbal Portillo.)
Frente a los tres huecos de entrada se instalaron otros
cuatro pares de puertas de madera
coloreadas en verde, con cristaleras, que dejaban pasara la luz al amplio
vestíbulo. Este era muy grande y alto, los techos tenían molduras de escayola y
de él pendían cinco plafones de bronce y cristal, cuatro en sus extremos y uno más
grande en el centro del recinto. Todos tenían una base circular de cristal que
reflejaba la luz de sus bombillas. El suelo era de mármol de color gris y en el
centro bajo la gran lámpara se había realizado un círculo en otros tonos con
las iniciales del local, CBV. La
peculiaridad de este espacio era que sus paredes habían sido recubiertas de
ladrillo visto colocado en forma diagonal y barnizados lo que le confería un
aspecto muy moderno y sencillo. Enfrentados uno al otro dos huecos con arcos de
medio punto desde donde arrancaban las escaleras de acceso a los pisos
superiores, bajo una de estas, la situada a la izquierda un pequeño almacén y
vestuario de servicio.
Volviendo al vestíbulo y entre los dos grupos de escaleras y
nuevamente enfrentados a las puertas de entrada se encontraba el acceso al
patio de butacas, que se había realizado de forma corrida, lo cual conformaba
un amplio hueco de lado a lado. Las puertas se habían construido en madera y
estaban pintadas en verde, con un pequeño filo rojizo que enmarcaba cada uno de
los cuarterones que las formaban. Desde aquí accedíamos al patío de butacas que
tenía mucha inclinación y que había sido solado con tarima de madera colocada
en forma de pluma, al igual que en el escenario. Estaba completamente rodeado
por un zócalo de madera con formas cuadrangulares coloreado en marrón oscuro y sobre este, el
resto del paramento pintado en tono beige hasta llegar al techo. Al fondo la
embocadura de la pantalla con un pequeño estrado al que se acedía por una puertecilla colocada
a la derecha y desde donde se subía por medio de una escalerita hasta el
escenario. La embocadura se hallaba limitada por dos columnas y una moldura con
diseños florales y frutales, idéntica a la que remarcaba todo el techo de la
sala. La iluminación se realizaba mediante dos grandes tulipas con velas de
incandescencia a ambos lados de la embocadura, cuatro lámparas de araña en los
cuatro vértices del alto techo de la sala y una gran lámpara de bronce y
cristales en el centro. Sobre la
embocadura el techo se curvaba confiriendo una acústica perfecta al local, en
este lugar sobre la moldura que remarcaba la pantalla se colocó una escultura
alada que sustentaba el nombre del local.
Imagen tomada en el interior del cine
Bellas Vistas. Todo el personal del local posa para don Cristóbal Portillo, el
fotógrafo. En el centro de la imagen con traje claro y corbata aparece el
propietario don Cesar Calleja Morante, junto a él, los porteros, el conserje, las taquilleras, el pintor de cartelerías, los
acomodadores, los proyeccionistas, el jefe de sala, los encargados del bar, de
la sala de fiestas y billares, las señoras de los lavabos y seguramente algún
que otro corre-turnos. (Archivo
Regional de Madrid. Foto: Cristóbal Portillo.)
Volviendo al vestíbulo y ascendiendo por cualquiera de las
dos escaleras laterales llegábamos hasta la planta primera donde se había
creado un amplio espacio destinado a ambigú del bar y desde donde se accedía
por medio de dos vomitorios a las localidades de entresuelo. La barra como
siempre se situó bajo la rampa del entresuelo y enfrentado a esta se situaron
los aseos masculinos y femeninos con ventilación al exterior por medio de dos
patinillos. La escalera situada a la izquierda seguía subiendo mientras que la
derecha finalizaba en esta planta. Ambas se situaban frente a la entrada al
anfiteatro confiriendo un desalojo muy rápido y ordenado.
Planta primera o de entresuelo.
Una planta más arriba y sobre el anterior existía otro local
destinado originalmente a billares y que ocupaba la totalidad de esta planta al
cual se podía acceder, no solo por la escalera anteriormente citada sino desde
el propio ambigú del cine.
Plantas segunda y tercera. En las
imágenes se aprecia claramente el espacio que ocupaba el local destinado a
billares y tertulias y la situación de las escaleras, dando acceso a la cabina
y vivienda del conserje.
El local era muy amplio y
tenía mucha iluminación natural. El resto de la planta estaba ocupada
por la parte alta del graderío de entresuelo.
Las escaleras que cada vez se iba estrechando más subían una
planta más hasta llegar a la planta tercera, destina a la cabina del operador
y vivienda del conserje.
La cabina de proyección del Cinema Bellas Vistas. En la
imagen aparece don Cesar Calleja Morante junto a los proyeccionistas y el que
parece ser un socio de la Empresa. Obsérvese la inclinación con la que estaban colocados
los proyectores debido a la altura a la que se encontraban del patio de
butacas. (Archivo Regional de Madrid.
Foto: Cristóbal Portillo.)
La otra escalera llegaba hasta la planta tercera y daba
acceso a un cuarto de limpieza y a la vivienda del conserje que contaba con
salón-comedor, dos dormitorios, cocina y un aseo, además de una amplia terraza
azotea con vistas a la calle de Francos Rodríguez.
La cubierta de la vivienda y la cabina se realizó de forma
mixta, con teja plana y árabe colocada sobre una estructura de madera, mientras
que el patio de butacas estaba cubierto por siete enormes cerchas de hierro
que sujetaban el falso techo de la sala de escayola y que estaban cubiertos por
tableta de madera y teja plana.
En el sótano del edificio y con entrada por la misma puerta
por donde se accedía a los billares y tertulias se daba paso a la sala de
fiestas Bellas Vistas. Tras un corto pasillo encontrábamos la taquilla del
local, después las escaleras de acceso a la planta sótano. La distribución era
muy sencilla y funcional, una amplia pista de baile de forma rectangular
rematada en su fondo por un escenario para orquesta, a ambos lados y en forma
de balcón varios huecos rematados con arcos y barandilla de hierro. Al fondo y
tras el escenario los aseos y un acceso a la calle lateral.
Sección del edificio que albergaba el
cinema Bellas Vistas. En esta se aprecia claramente la inclinación de la
proyección, la amplitud de los espacios, las dos plantas de billares y
tertulias y el sótano donde se instalaría una magnifica sala de fiestas.
La sala de fiestas Bellas Vistas bajo
el cine.
Una tarde cualquiera en la que se
proyectaba de segundo o tercer reestreno
“Marcelino Pan y Vino.” Las colas eran muy frecuentes a las puertas de los
locales de barrio. Incluso era difícil conseguir una localidad para alguna de
las sesiones. (Archivo Regional de Madrid. Foto: Cristóbal Portillo.)
Todos los negocios abrieron simultáneamente en marzo del 46 y
fueron un gran éxito durante muchísimo tiempo. En los años 60 cambió su
pantalla por otra más moderna en formato Cinemascope, que no entraba dentro de
la embocadura y que de una forma un tanto rudimentaria se sostenía sobre el
escenario fuera de la embocadura, tal y como se aprecia en la imagen de grupo
ante la pantalla.
Se modernizó en varias ocasiones pero nunca perdió su
original fisonomía. La sala de fiestas se utilizaba de salones para eventos,
bodas, bautizos y comuniones, y los billares cambiaron su función en varias
ocasiones.
La entrada del cinema Bellas Vistas
desde otro ángulo. En la imagen se ve con más detalle la entrada al local sus
carteleras y el anuncio de pantalla panorámica. (Archivo Regional de Madrid.
Foto: Cristóbal Portillo.)
A principios de los años 70, cuando el negocio empezó a
debilitarse cerró para siempre, a los pocos meses fue demolido y con él se
fueron los sueños e ilusiones de tantos y tantos vecinos del barrio que como
José crecieron entre las butacas de este pequeño coliseo.
Poco después se levantó en su lugar un gran edificio de
viviendas que nada tiene que ver con su antecesor, pero que no sirve para
borrar de la mente de aquellos niños de entonces el Cinema Bellas Vistas.
El lugar que ocupó el cinema Bellas
Vistas en la actualidad. Compárese la imagen con las anteriores y obsérvese como
los edificios colindantes siguen en el mismo lugar. (Imagen José Martínez
González.)
Autor:
David
Sánchez Fernández.
Fuentes:
-
Archivo Regional Comunidad de Madrid. Fondo Cristobal
Portillo.
-
Archivo de Villa Madrid. Expediente 990-962-058225
-
Nomecalles. Callejero y nomenclátor.
Interesante reportaje de un cine que desconocía totalmente. Ahora mismo acaba de llegarme por correo el ejemplar que solicité de tu nuevo libro. No veo el momento de llegar a casa para empezar a leerlo. Un abrazo y ya te comentaré
ResponderEliminarHola Jordi, buenas noches. Perdona que tardara en contestarte pero ahora que estoy currando todo el día me es imposible responderos al momento.
EliminarMe alegra mucho que continúes entrada tras entrada siguiéndome.
Espero no decepcionarte con este volumen, guardé algunas entradas muy especiales como Albeniz para que fueran un poco primicia.
Ya me contarás si te gusta y por favor informarme de cualquier errata o dato erróneo.
Muchas gracias.
Un abrazo.
Buen trabajo, muchas gracias, me ha hecho mucha ilusión
ResponderEliminarMuy buen trabajo Muchas gracias.
ResponderEliminarEn el vi p.e. ¨La gata sobre el tejado de zinc¨de Richard Brooks dirigiendo la obra de Tennesee Williams y con Elizabeth Taylor y Paul Newman en el reparto.Nunca olvidaré los cines de Bravo Murillo y calles aledañas,como éste.
ResponderEliminarMuchas gracias Jesus por el comentario. Intentaré completar la lista completa de locales de la zona. Hace un par de meses publiqué otra entrada sobre el Metropolitano, otro de os locales emblemáticos de Cuatro Caminos. Un saludo y gracias.
EliminarHola.
ResponderEliminarViví en la zona ente 1.952 y 1.973.
Los cines eran nuestro espacio apara distraernos y soñar con programas dobles.
Teníamos en Reina Victoria el Gran Metropolitano, con magníficos programas dobles y excelente refrigeración (sistema Carrier en Verano). En bravo Murillo El Cristal con un gran vestíbulo que nunca entendí. Enfrente el Montija, el más barato, valía 2,50 pts la entrada.
Luego el Europa, el Tetuán y el Chamartín antes de llegar a la Plaza de Castilla.
Eran cines populares y barato, donde podías estar el tiempo que quisieras, ya que tenían sesión continua.
Otros próximos eran El Astur y el Bellas Vistas.
El operador era el marido de una prima hermana que vivían en la vivienda
ResponderEliminarEstuvieron trabajando en los Ángeles y fue operador de cabina en el teatro Chinesse.
Tendrían información sobre el cine charmarti. Un saludo
ResponderEliminar! Qué recuerdos!
ResponderEliminarYo vivía en Juan de la Encina y todas las semanas íbamos mi madre, mi hermana y yo el día que era "fémina" y valía más barato a las mujeres.
Hemos visto ahí muchas películas.
Gracias por el reportaje.
Mis recuerdos son parecidos a los tuyos. Yo vivía entonces en la calle Rodón, y también iba con mi madre y mi hermana esos días de "fémina", que si no recuerdo mal eran los lunes. Por cierto, si eras un chaval y no ibas acompañado de una persona mayor te mandaban obligatoriamente al piso de arriba, supongo que para que se notaran menos las ganas de vocear y comer pipas que teníamos a esa edad. ¿Era así o me lo estoy inventando?
EliminarEn la fotografía tomada al personal en el interior de la sala, ojo a ese hombre alto que posa abajo y a la derecha del todo, pues es tan inconfundible que a pesar de los cincuenta años que han pasado desde que yo iba a ese cine, que no es moco de pavo, le he reconocido al instante. Solía ser el que por la puerta de emergencia lateral, que se utilizaba como acceso al local en los días de mucho jaleo, pedía los billetes y nos indicaba la puerta de entrada. Bendito sea él y todos los que hicieron posible esos ratos maravillosos que pasamos ahí dentro. Y gracias también al autor de este reportaje por suscitar recuerdos tan entrañables.
Q recuerdos yo vivía en María Juana con María zayas y me acuerdo perfectamente de todos esos cines de bravo Murillo unos tiempos muy bonitos, gracias por compartirlo
EliminarMe ha traído buenos recuerdos. Vivía en Ambrosio Vallejo. Iba con mi familia. Muchas gracias por el reportaje.
ResponderEliminarFue la primera vez que fui al cine y recuerdo que vi la venganza de fumanchu, seria el año 68 o 69
ResponderEliminarQue recuerdos ¡¡¡ precisamente yo vi la película de Marcelino pan y vino en el Bellas Vistas y quizás fuera alguno de los chavales que se ven en la foto aunque no logro idinticarme ,
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