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5 de enero de 2022

DEL SALÓN CHANTECLER AL TEATRO MUÑOZ SECA

Sobre un solar resultante de la demolición de lo que hasta entonces había sido la sede de las oficinas de Deuda Pública, que se estableció ocupando parte del antiguo convento del Carmen Calzado, se situó en la primera década del siglo XX, una barraca destinada originariamente a Bazar en la confluencia de la Plaza del Carmen con la calle de Tetuán n.º 27. Este solar estaba rodeado por el famoso frontón Central convertido por entonces en el Central Kursaal, por el que ya habían pasado las más famosas cupletistas y canzonetistas de la época.

Marcado en rojo aparece sobre el plano de Ibáñez de Íbero de 1875 el antiguo convento del Carmen Descalzo que fue derribado en 1888. En la imagen se señala en color azul el espacio que tras la alineación de la nueva plaza del Carmen ocuparía el salón Chantecler y en verde el frontón Central.

Según relata Josefina Martínez en su obra “Los primeros veinticinco años de cine en Madrid”, el salón Chantecler nació de manos de Joaquín Egea, a quien en 1910 se le concedió por parte del ayuntamiento de Madrid una parcela para instalar un bazar, negocio que fracasó y fue habilitado como salón de espectáculos.

Las primeras reseñas acerca de este local aparecen a mediados de junio de 1911, en la que se relata la apertura de un nuevo establecimiento denominado el Salón Chantecler que se ubicaría a escasos metros de la Puerta del Sol, y que a diferencia de otros locales en los que los ventiladores son insuficientes, este tendrá por techumbre el cielo de Madrid. Entendemos con ello que en principio debía ser una sala al aire libre, en la que se programaban números de varietés y estrenos diarios de películas.  Sea como fuere aquel local, debía contar con algún tipo de techumbre o capota ya que siguió programando hasta finales de ese mismo año.

La noche del 31 de diciembre de 1911, a las nueve de la noche, y mientras una gran cantidad de público esperaba a sus puertas para la sesión de cine de las nueve y media, un virulento incendio sorprendió al joven proyeccionista Sebastián Bajo, que fue diagnosticado con quemaduras de primer y segundo grado en cara y ambas manos.

El fuego estaba descontrolado y rápidamente se personaron en el lugar de los hechos la autoridad competente, que dio acertadas órdenes para sofocar rápidamente el incendio que ya había consumido prácticamente la totalidad del edificio construido en madera.

Su propietario Andres Egea y su arrendador Tomás Torregrosa lamentaron la pérdida de tan beneficioso establecimiento. Si nos fijamos existe cierta controversia con el nombre del propietario, tal vez por errata o por parentesco los nombres son diferentes, contrastándolo con la información dada por Josefina Martínez.

Por otra parte parece extraño que durante los primeros quince días del mes de enero de 1912 el salón Chantecler siguiera anunciándose en cartelera de algunos diarios de la capital. Después se pierde el rastro y no es hasta el 10 de marzo cuando retoma las sesiones de cinematógrafo desde las cinco de la tarde.

Durante las temporadas de 1912 y 1913 se dedicó exclusivamente a las proyecciones cinematográficas, incorporando en mayo de 1914 espectáculos de varietés que alternaba a días con los films más selectos.

Al parecer los espectáculos no eran de mucha calidad, aunque conseguía llenos constantes de la sala. La prensa no se cortaba un pelo en reprochar al director del local su orgullo y altanería con que trataba a los periodistas, sirviendo esto aun más como reclamo publicitario.





El 25 de septiembre de 1914 aparece por primera vez noticias de la actuación de la cupletista conocida como la bella Chelito, una joven con mucho carisma que revolucionará a todo un país con su famosa interpretación de “La Pulga”. Seguirá actuando en él hasta finales de 1915 cuando se traslada a Barcelona durante varios meses, volviendo al escenario del Chantecler en junio de 1916.

Es a partir de este momento, cuando Chantecler y Consuelo Portela “La Chelito” comenzarán una unión indisoluble, que harán un punto y seguido en abril de 1921 cuando el inmueble es adquirido por la cupletista y derribado para levantar en su solar un coliseo de variedades.

La demolición del recinto y posterior reconstrucción del inmueble no estuvo exenta de debates que llegaron incluso a las sesiones del ayuntamiento, donde algunos concejales se oponían a la licencia presentada por la Chelito. Tras varios meses de discusión y disputas entre uno y otro bando político se concede finalmente la licencia de obras para el salón de variedades de la Chelito.

El proyecto será llevado a cabo por el afamado arquitecto José Espeliús y fechado en noviembre de 1920. Tras varios años de espera, algunos contratiempos administrativos y varios cambios en la distribución de la sala, el teatro de la Chelito será construido.

El edificio que en un principio se había diseñado con fachadas de marcado estilo art decó, fue rectificado sutilmente para convertir el inmueble en una de las joyas modernistas  de la capital, de las que destacaban principalmente los huecos rasgados de puertas y ventanas, las barandillas de balcones y los esgrafiados de sus fachadas.

Alzado a la plaza del Carmen proyectado por Espelius y no construido

Interiormente el teatro era una bombonera, muy pequeño y sumamente recargado. Tenía acceso desde la calle Tetuán donde se había establecido su entrada y la Plaza del Carmen a la que se relegó la salida de espectadores. Tres huecos daban entrada al pequeño vestíbulo que ocupaba toda la anchura del edificio y que había sido decorado con suelos de mármol blanco, frisos de maderas nobles, y altos techos con recargadas molduras de las que pendían caras lámparas de bronce y cristal.

El interior de la sala era muy estrecho y alto. Al igual que ocurría con otros edificios como el cinema Bilbao de la calle Fuencarral, el exceso de balcones, columnas y pisos daban la sensación de patio de corrala, en el que solo faltaban las cuerdas con la ropa tendida de un lado al otro.  Desde el vestíbulo principal, existía un acceso desde el fondo de la sala mediante un hueco de dos metros de ancho desde el que arrancaba un pasillo de casi 19 metros de longitud, que llegaba hasta el foso de la orquesta y repartía a los espectadores en cada una de las 353 butacas de patio, construidas en madera, con asientos abatibles.


Una espectacular imagen del interior del original teatro de Eldorado en el momento de su inauguración.  (Cortesía de Javier Romeu)

A ambos lados de la ya por si estrecha platea se había construido un balcón volado soportado por esveltas columnitas de hierro que cobijaba un ajustadísimo pasillo de paso a los 18 palcos bajos, que se elevaban a escasos dos metros sobre el patio de butacas.

Toda la decoración interior se había realizado en estilo modernista al igual que el resto del inmueble, con recargadas molduras de escayola con motivos florales en los techos y preciosos apliques de cristal y bronce en todos los departamentos. Alrededor del balcón del piso primero se instaló una tira de lámparas de incandescencia que reforzaban la iluminación y que se desvanecían progresivamente al inicio de las funciones. Los balcones de los tres pisos se habían realizado con barandas de hierro con pasamanos de nogal pulimentado, sujetas entre machones de fábrica con motivos decorativos.

El acceso al entresuelo se realizaba desde dos tiros de escaleras, uno de ellos junto al hueco de entrada principal y otro construido en un vestíbulo lateral de la sala. Ambas escaleras daban acceso a los palcos bajos en su primer descansillo, y proseguían hasta la planta primera que se elevaba a cuatro metros sobre la planta baja.

Plano de la planta baja propuesto por Espelius y posteriormente rectificado para aprovechar al máximo el espacio interior. Obsérvese el detalle de la firma de Consuelo Portela “La Chelito”

El proyecto final contó con estas dos escaleras que desembocaban en un pequeño vestíbulo que ocupaba la esquina del inmueble y que tenía tres fantásticos miradores a la plaza del Carmen y a la calle de Tetuán. En este espacio de dimensiones reducidas tenía en uno de sus laterales una barra para el servicio de cafetería y en el otro los aseos. Curiosamente en el proyecto original tan solo se instalan aseos y urinarios para caballeros, sin rastro alguno de los tocadores de señoras. Existía en este piso además dos accesos laterales a las localidades, mediante dos pasillos que quedaban a ambos lados de la estructura metálica que soportaba las filas de butacas de entresuelo y que conducían hasta los 12 palcos laterales, dos de ellos de proscenio.

El primer y segundo piso proyectado por Espelius que fue en parte respetado en el que se observa el angosto y minúsculo espacio que ocupaba el nuevo teatro de La Chelito.

Esta planta albergaba otras 120 localidades en la rampa de butacas a la que había que sumarle todas las sillas de palcos.

La escalera que partía del vestíbulo principal continuaba ascendiendo una planta más hasta llegar al segundo piso, que estaba completamente integrado en el edificio de viviendas lo que hizo que las alturas de los techos fueran un tanto reducidas. En esta planta tan solo había un pequeño vestíbulo que daba paso a las 36 butacas de delantera de principal que tenían una visión muy reducida de la escena, y a la parte más alta de la rampa de localidades de entresuelo. Al fondo, se instaló la cabina con todos los adelantos en proyección y los más sofisticados sistemas en prevención de incendios.

La embocadura del escenario se había realizado con una fantástica moldura de escayola pintada en dorado con motivos florales. En la parte más alta un medallón coronado por guirnaldas era el centro de atención de las miradas. El hueco del escenario era bastante pequeño, de algo más de cuatro metros por otros cuatro de alto, y el espacio escénico no superaba los 40 metros cuadrados, aunque poseía telares para representaciones en varios cuadros.

En uno de sus extremos tenía un acceso que comunicaba con un pasillo de desalojo del patio de butacas, y en el otro una escalera metálica que bajaba al sótano dónde se habían establecido los camerinos, cuartos de servicios, carbonera y una amplia sala de ensayos con acceso directo a la calle de Tetuán.

Fantástica imagen del telón de boca y parte de la sala del nuevo teatro de la Chelito

El teatrillo de la Chelito estaba terminado y listo para albergar nuevos grandes éxitos. Su nombre sería Eldorado, que tomaría prestado del fantástico local de la plaza de Cataluña de la ciudad Condal, por donde habían pasado las grandes estrellas teatrales de la época.

El día 15 de diciembre de 1922 se inauguró el pequeño teatro con toda la pompa y el boato que se esperaba, a cuya función no pudo faltar la anfitriona Consuelo Portela “La Chelito” que fue elogiada por su belleza y su fantástico trabajo.

INAUGURACIÓN DE ELDORADO

Con Petit Café, la deliciosa comedia del gran humorista francés Frihaes Bernad, ha inaugurado Ramón Peña, al frente de una excelente Compañía, el lindo teatrito de la plaza del Carmen edificado en el mismo sitio que en fecha no lejana estaba el llamado «Chantecler» trono de Consuelo Portela.

La Unión Hispanoamericana. Diciembre 1922

Una imagen aérea del edificio a mediados de los años 20 del siglo pasado. En primer término, se observa parte de la iglesia de San Luis Obispo, y el tejado del mercado del Carmen.

El éxito conseguido por la compañía de Ramón Peña le acompañó durante meses, y así continuará durante muchos años. Sus llenos eran apoteósicos y sus localidades se agotaban días antes de las funciones.

A finales de los años 20 comienza a intercalar proyecciones cinematográficas con las representaciones teatrales, y continuando con este formato llegará hasta mediados del año 1930 en el que se produce el cierre del local por obras de reforma.

El reputado arquitecto don Eduardo Lozano Lardet, padre del cine San Carlos, del teatrro Infanta Beatriz o del famoso frontón Madrid, realizará un ambicioso proyecto de reforma para el teatro de doña Consuelo Portela, que consistía en suprimir los palcos laterales y con ellos todos los pilares de soporte que obstaculizaban la visión. Además se pretendía reconstruir el actual graderío e instalar uno nuevo sobre este, creando un modelo más práctico y sencillo, acorde a las nuevas modas. Tan amplia fue la reforma que cambió incluso el nombre del local, pasándose a llamar desde ese momento teatro de Muñoz Seca. Hay algunos datos que aseguran que el artista portugués Almada Negreiros pintó también en este local una serie de paneles murales, al igual que hizo en los cines San Carlos y Barceló.

Boceto del panel mural dibujado por Almada Negreiros para el proscenio del teatro Muñoz Seca. Este fue instalado en el año 1929 cuando fue reformado bajo el proyecto de don Eduardo Lozano Lardet.


Otra espectacular imagen tomada desde lo alto del edificio Telefónica en los primeros años 30, en la que vemos la fachada completa del teatro Muñoz Seca y de la de su vecino, el por aquel entonces Madrid Cinema. Se aprecia claramente la gran nave del frontón Central reconvertido en varias salas de cine.

El nuevo teatro Muñoz Seca acogió varios años obras teatrales con fantásticas acogidas, éxitos clamorosos, que fueron truncados por el inicio de la Guerra Civil. El 30 de enero de 1937 se tienen noticias de que el teatro había sido incautado y cambiaba de nombre pasándose a denominar García Lorca, programándose desde ese momento juguetes cómicos y varietés, sin el empaque al que se había acostumbrado al público.


Entre los días 8 y 18 de noviembre de ese año, un terrible bombardeo destruye cientos de edificios, entre ellos el mercado del Carmen, situado a las puertas del teatro Muñoz Seca. Los daños fueron tan cuantiosos que el teatro cerró definitivamente. Las imágenes hablan por si solas.

En la imagen superior vemos el estado en el que quedó el mercado que se extendía a las puertas del teatro Muñoz Seca reconvertido en García Lorca. El edificio que se alza en el lateral derecho correspondía a la finca de Consuelo Portela. Se aprecian claramente los daños causados en las ventanas, miradores y fachadas del inmueble.


En la imagen inferior vemos el detalle de un grupo de personas congregadas a las puertas del teatro, con la marquesina de cristal destruida y sobre la que aun pende una estructura retorcida con las letras TEATRO.

No hay noticias del teatro Muñoz Seca hasta el 8 de enero de 1940, cuando suponemos se realizaron las reformas pertinentes para ponerlo nuevamente en marcha.  Los tiempos habían cambiado, las compañías teatrales se habían disuelto, y Madrid quería seguir viviendo, es por ello que se optó por el camino más corto y el teatro Muñoz Seca pasaría a convertirse en cinematógrafo, esperando la llegada de tiempos mejores.

Con la película “Un Marido Modelo” el cine Muñoz Seca pasaría a englobar la lista de pequeños locales de estreno de la capital, con 380 localidades. Tres semanas después de su apertura, pasa a ser sesión continua hasta las 6:45 de la tarde y numerada, desde esa hora hasta las 8:30, repitiendo S/C, después hasta las 12 de la noche.

Se ganó más espacio de platea recortando el espacio escénico y la decoración se cambió por completo, con un aspecto mucho más limpio, sencillo y funcional. En la planta baja el moderno vestíbulo seguía acogiendo las escaleras de acceso a las plantas superiores, y desde este, y por medio de un gran hueco central se accedía a la platea, larga y estrecha, pero muy cómoda y adecuada para las proyecciones. Las plantas superiores, aunque de pequeñas dimensiones seguían manteniendo la misma distribución y funcionalidad proporcionadas en la reforma llevada a cabo por Eduardo Lozano Lardet.

Al suprimirse el uso como sala de ensayos y camerinos de la planta de sótano, se crea en ella un pequeño teatro club para actuaciones diversas. Uno de los primeros nombres de los que se tiene constancia fue Sala de Fiestas Cactus, pasándose a llamar posteriormente Le Canotier.




El cine se vuelve a reformar en 1957 bajo un proyecto de Joaquín María Fernández Caballero, que lo redecora y adapta a los nuevos tiempos, añadiendo una fantástica pantalla panorámica Cinemascope, proyectores de última generación marca OSSA y un moderno sistema de aire acondicionado.




Tres imágenes del interior del local.  Un aspecto del suntuoso vestíbulo principal, el patio de butacas y los dos pisos de localidades, y la embocadura de la pantalla.

Planta baja del reformado Cine Muñoz Seca. Obsérvese el sencillo y funcional esquema del local y detalles como la chácena del escenario en ese momento sin uso alguno.


La planta entresuelo dónde estaba instalado el bar, y la de principal donde se encontraba la cabina de proyección.

En el alzado longitudinal se aprecia claramente el pequeño tamaño del local, la altura del vestíbulo y lo ajustado de las líneas de visión y proyección para lo cual el arquitecto tuvo que escudriñar cada uno de los centímetros del inmueble.

El moderno cine Muñoz Seca continuó con sus proyecciones y siendo propiedad de la familia Portela hasta el año 1971 cuando fue vendido a los actores Natalia Silva y Andrés Magdaleno para reconvertirlo de nuevo en teatro.


Aspecto de la fachada del cine Muñoz Seca en 1961 después de la reforma llevada a cabo en 1956

Tras una importantísima reforma que consistió en derribar el segundo anfiteatro que había construido Lozano Lardet, y devolver el espacio escénico que había sido sustraído por el patio de butacas, el nuevo teatro Muñoz Seca comenzaría una nueva andadura que anteriormente fue truncada por la Guerra Civil.

Se salvaguardaron en esta reforma los suelos de mármol del vestíbulo, las lámparas de araña y las barandillas de las escaleras, vestigios del antiguo y original Eldorado de la Chelito.

El moderno teatro Muñoz Seca contaría con un escenario con 8,80 metros de embocadura y 8 metros de fondo, perfectamente adecuado para pequeñas representaciones e iluminado por 32 deflectores de colores. Se adecuaron además ocho cómodos camerinos con acceso rápido a la escena.

Se construyó un único anfiteatro de entresuelo con una rampa más pronunciada y mejor visibilidad, que junto con el patio de butacas conformaban un total de 400 localidades.

También fueron 400 las lámparas de incandescencia que de forma intermitente parpadearían en la fachada del local, y que servían de reclamo a los transeúntes.

La fachada del moderno Muñoz Seca días antes de su apertura con la obra en cartel HEDDA GABLER.

A partir de ese punto el local se dedicará únicamente a las representaciones teatrales. Los inicios fueron buenos, pero la crisis le obligó a cambiar de género y comenzó a representar obras calificadas “S”, con contenido sexual, destape y transformismo. Incluso a mediados de los años 80 los propietarios optaron por dar una serie de conciertos de grupos de rock, y el resultado fue nefasto.

Casi nadie acudió. Estaba claro que el destino quería que aquel local se siguieran programando revistas y comedias.



Tres aspectos en diferentes épocas del teatro Muñoz Seca rescatado por Natalia Silva y Andrés Magdaleno en los años 70.

En 1997 y tras un parón de 40 días y una nueva inversión de 68 millones de pesetas en empresario Enrique Cornejo reforma por completo el local adaptándolo a los nuevos tiempos con modernos sistemas de extinción y prevención de incendios.


Dos aspectos del vestíbulo principal del nuevo teatro Muñoz Seca durante la función inaugural de su última etapa que comenzó en 1997. Se observan en las fotos algunos detalles originales como la escalera de acceso al entresuelo que conserva la original barandilla con pasamanos de madera, único vestigio del primitivo teatro Eldorado.

En el sótano del local, que en tiempos ocupo la sala de ensayos, el teatro Club, o Le Canotier, hace tiempo que esta ocupado por una sala club con actuaciones en directo que se conoce por el nombre de Boite Live.

 





El interior del Teatro Club convertido la actualidad en Boite Live








 El interior del teatro Muñoz Seca en la actualidad, las escaleras de acceso al piso superior, el vestíbulo, el patio de butacas, el escenario y un detalle las localidades de entresuelo

El moderno teatro Muñoz Seca cuenta con un aforo de 212 localidades en el patio de butacas y 82 más en el entresuelo, a las que hay que sumar otras 42 de delantera de visibilidad reducida.

El escenario tiene una embocadura de 6,85 metros de longitud y 6,40 metros de fondo, quedando otros 80 centímetros de hombro a cada lado de la embocadura. Pudiendo montar decorados de un máximo de 4 metros de altura.  Cuenta con siete camerinos en la planta primera y otros dos más en la segunda.

A día de hoy el solar que cobijó el antiguo Chantecler sigue dando funciones diarias, en un local castizo y más conocido que su expropietaria, la Chelito.

 

Especial agradecimiento a Javier Romeu y Antonio Jimenez

Autor: David Miguel Sánchez Fernández.

 

Bibliografía y Hemerografía.

Madrid y el Cine. Pascual Cebollada y Mary G. San Pedro. Comunidad de Madrid 2000.

Los primeros veinticinco años del cine en Madrid. 1896-1920.

Archivo General de la Administración PARES.

teatro.es

todocoleccion.net

hemeroteca ABC.

Fototeca EFE.

Hemeroteca Biblioteca Nacional:

La Correspondencia de España. 10/3/1912, n.º 19.751, página 8.

La Noche (Madrid). 10/3/1912, página 11.

El Liberal (Madrid. 1879). 20/5/1914, página 5.

Revista de varietés. 30/5/1914, n.º 96, página 6.

El País (Madrid. 1887). 12/6/1914, página 1.

Eco artístico. 25/6/1914, n.º 166, página 14.

Revista de varietés. 30/6/1914, n.º 99, página 6.

El Imparcial (Madrid. 1867). 25/9/1914, página 5.

Mundo gráfico. 31/5/1916, página 13.

El Día (Madrid. 1916). 6/3/1918, página 6.

La Correspondencia de España: Año LXXI Número 22620 - 1920 enero 24

La Voz (Madrid). 24/6/1921, página 2.

La Unión Hispano-Americana. 12/1922, n.º 74, página 14.

La Acción (Madrid. 1916). 16/12/1922, página 5.

El Liberal (Madrid. 1879). 16/12/1922, página 2.

La Nación (Madrid). 29/5/1930, página 14.

El Liberal (Madrid. 1879). 7/4/1937, página 4.

Diario ABC. Blanco y negro. Miercoles 8/10/1997 pag. 64-65.

 

12 comentarios:

  1. EN PRIMER LUGAR, FELÍZ AÑO, David!!

    Local entrañable y con una historia que ya querrían muchos locales de su época. Evidentemente su reducido tamaño no da para grandes montajes aunque la historiadel local no tiene nada que envidiar a la de otros teatros mucho más grandes y reconocidos.

    Andres Magdaleno y Natalia Silva fueron 2 actores que nunca se les ha reconocido su talento y su arrojo al recuperar para Madrid esta pequeña joya que, espero, perdure mucho tiempo (a pesar que en los últimos años lleva una programación errática y poco concreta).

    Muchas gracias nuevamente por este artículo. Ha sido tu regalo de reyes.

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    1. Muchas gracias Jordi, Feliz Año.

      Efectivamente aunque no conozco el local, después de haberlo estudiado en profundidad me da la impresión de que tiene que ser realmente pequeño. Lo que no quita que para algún tipo de representaciones sea ideal. Pienso que en la actualidad esta equipado con todos los sistemas y puede funcionar igual que cualquier otro local de su categoría. Solamente por su trayectoria debería conservarse por siempre. Tan solo veo necesaria una intervención en sus fachadas que lucen desgastadas.

      Un saludo y gracias por tu comentario.

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    2. Buenos días David. Si, es un local realmente pequeño. Yo lo conozco por dentro gracias a una actriz ya desaparecida que me lo mostró hace unos años. Lástima que entonces no tuviéramos las cámaras en los móviles como ahora. Es todo diminuto pero como tu dices, con toda la tecnología adecuada y todos los servicios para los actores. Si además recuperaran el sótano para usos propios del teatro se convertiría en uno de los espacios más codiciados para funciones de pequeño formato, especialmente comedia (que creo que tendría que ser su uso preferente, teatro comercial para el gran público).

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  2. David, estoy realmente impresionado por este trabajo. Tus publicaciones son siempre excelentes por la información escrita y gráfica que aportas y por lo ameno de tu relato. En este caso, lo exhaustivo de tu investigación con la aportación de importantes datos asi como con la aportación de fotos y planos hace que tu trabajo sea fundamental para conocer la historia de Madrid y la de sus locales de espectáculo. Muchas gracias por tu fantástico trabajo.

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    1. Amigo Javier, gracias a ti por tu infatigable afán de complacer a los demás. Este pequeño tesoro tiene en gran parte tu impronta y podría haberse realizado sin tu colaboración. Así que nos repartimos a partes iguales el orgullo de rescatar esta pequeña historia de nuestro querido Madrid.

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  3. Estupendo artículo David .
    Nunca entré allí, pero si pasé muchas veces por esa esquina ya que era asiduo a los Cines Madrid de la plaza del Carmen . Supongo que no conserva ninguna cabina de proyección , no ?
    Bueno , por lo menos sigue siendo Teatro y no cómo los Madrid . Una tienda de electrodomésticos . Que pena de ese cine ! Un saludo . y me alegro que hayas retomado el Blog .

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    1. Hola Alberto, gracias por visitarme desde tan lejos y tener siempre un huequecillo para mí.
      Si creo que si la conserva, al menos el espacio que en su día la debió ocupar. Si te fijas en la antepenúltima foto puedes ver que sobre la última fila del entresuelo están los dos huecos de la cabina. A pesar de haber intentado por activa y por pasiva, ya que fui personalmente y escribí al contacto de prensa del teatro, no he obtenido respuesta alguna, por lo que entiendo que no tienen ganas de enseñar los entresijos del local. Quizás más adelante lo consiga, en todo caso te informaré de ello.

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    2. Ciertamente fue una pena que el MADRID se perdiera como cine o teatro. Existía un proyecto de recuperación como teatro que mantenía como ahora las fachadas y lo convertía en un gran teatro para musicales, encargado por un grupo de empresarios al arquitecto fallecido recientemente Santiago Fajardo, que ya había rehabilitado el Campos Elíseos de Bilbao y la Sala Berlanga en Madrid. Finalmente, la crisis económica echó al traste el proyecto y los propietarios vendieron el edificio al mejor postor que optó por abrir la gran superficie actual manteniendo las fachadas que era el único elemento protegido por el ayuntamiento. Una verdadera lástima.

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  4. Por cierto , el otro día me estaba acordando del cine Candilejas por la zona de embajadores . Las últimas noticias que tengo de ese cine es que seguía cerrado a cal y canto . De echo estaba totalmente tapiado . Durante tiempo estuvo ocupado , tal como el Infante por una iglesia evangélica . Pero desde hace tiempo se quedó cerrado . De echo vi un anuncio de una inmobiliaria que lo alquilaba con licencia de Teatro . Pero estaba en condiciones lamentables. Sabes algo de este Cine ? lo han reconvertido ?

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    1. Que yo sepa no ha habido cambios, y posiblemente siga ocupado, la verdad es que hace mucho tiempo que no paso por allí. Aunque hay noticias de hará un mes más o menos de que los habían desalojado. Mira el enlace que te dejo a continuación.

      Un saludo

      https://www.youtube.com/watch?v=CYamewMxnkg

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    2. Hola David, gracias por la info .
      Efectivamente según leo , ha estado ocupado durante un tiempo . Cosa muy habitual hoy en día en locales o espacios que están atascados en concursos de acreedores , falta de permisos , de financiación ...etc Y el resultado son locales como este pudriéndose (literalmente hablando) o siendo ocupados . Según me he informado sobre esta asociación o como se llame que ocupó el local, lo estuvo acondicionando para poder realizar actividades culturales , pero claro sin permisos , sin seguridad , y con la consiguiente molestia de los vecinos . En fin ... la pena es que al fin ese local va a acabar siendo un supermercado más cuando alguna empresa se decida a comprarlo . Pero es un local en el que habría que invertir tanto dinero para reformarlo o acondicionarlo conforme a las normas de seguridad actuales que se hace inviable para una actividad como cine o teatro que no es ya rentable .
      En fin.... el luchar a favor de que se conserven templos del cine es una batalla perdida . Un saludo !

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  5. Excelente y exhaustivo texto sobre un teatro muy querido por mí al haberlo relacionado siempre con Consuelo Portela La Bella Chelito.
    Tras esta lectura he descubierto toda su rocambolesca historia.
    Pisar su escenario es un viejo sueño... Nunca se sabe si de nuevo pueda yo rememorar con mis cuplés la época más dorada de la Reina del Chantecler cuando la avispada madre de la Chelito hacia un marketing eficacísimo desde la taquilla informando con picardía que, precisamente, esa noche: "Chelito se dejará caer el mantón..."
    Muchísimas gracias

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