24 de julio de 2010

EL CINE CALATRAVAS. ( Dos en uno, café y cinematógrafo.)

En pocas ocasiones hablamos de cinematógrafos que se instalaron en locales que ya habían sido ocupados por otro negocio, aunque no podemos olvidar el Madrid-Paris que ocupó parte de los grandes almacenes o el cine Azul o Actualidades, que aunque no directamente sustituyeron a otro negocio, sí tuvieron  que realizar una amplia reforma para adaptarse a su nuevo inquilino. El cine Calatravas nació en un local que ya había sido ocupado por una entidad bancaria, en concreto el Banco Español del Río de la Plata.
El local que tratamos en esta ocasión estaba en los bajos de un antiguo edificio de viviendas junto al famoso Convento de Calatravas, en la madrileña calle de Alcalá nº 31, el cual según llegamos a conocer gráficamente, ya existía a finales del siglo XIX y presumiblemente nació cuando parte del convento de Calatravas fue derribado. El edificio con una amplia fachada a la calle de Alcalá contaba con bastante profundidad.

Una imagen de la iglesia de Calatravas tomada a principios del siglo XX. A la derecha del templo aparece parte de la fachada del inmueble contiguo en cuyos bajos estuvo instalado el Banco Español del Río de la Plata, aunque posiblemente hubiera otro negocio anterior a este.

En esta excepcional imagen de la calle de Alcalá allá por los años 20, vemos el edificio que se levantaba junto a la Iglesia de Calatravas antes de reformarse en el año 1935. Están marcados con diferentes colores la distribución que tomarían cada uno de los negocios que con posterioridad ocuparían sus plantas baja y sótano.
 

Otra imagen del mismo ángulo de la calle tomada en 1914, ahora podemos contemplar completo el local del Banco Español del Río de la Plata.

Conocemos también que este mismo local se instaló en el año 1918 la Sociedad Española de Papelería, trasladándose la sucursal bancaria unos metros más abajo a un edificio inaugurado años atrás, construido bajo un proyecto del famoso arquitecto Antonio Palacios. El local mantuvo su función hasta que se procedió a la reforma total del edificio momento en el cual se instaló el Cine y con posterioridad el Café Calatravas, los cuales pasamos a describir a continuación.  La reforma consistió básicamente en la ampliación en un piso más del antiguo inmueble y en un remozado total de su fachada eliminando algunos elementos ornamentales como balcones y miradores, lo cual le proporcionó un estilo mucho más moderno y acorde a su tiempo. [...] 

El resto de la información la podrán encontrar en la página 258 de mi libro "Cines de Madrid"

Fachada revestida de carteles del cine y el café Calatravas.

En este local se volvió a usar un estilo que había dejado de estar en boga hacia unos años pero que no pasaba nunca de moda. Una mezcla de las normas clásicas e imperiales convirtieron al salón del café Calatravas en un pedacito de la desaparecida Pompeya. Contaba el local con un amplio escaparate  a la calle de Alcalá que inundaba de luz parte del salón principal y algunas de las estancias de la planta sótano, ya que junto a este gran ventanal se encontraban las escaleras de acceso a la planta baja donde se habían instalado los aseos y la cocina.

Aspecto del salón junto a la gran ventana a la calle de Alcalá.

El local era incluso tan grande  como el cine, las mesas se habían colocado en pequeñas terrazas en forma escalonada, las paredes se habían decorado con frescos del pintor Vázquez Díaz en los que se reprensaban escenas de la antigua Roma. Todo el mobiliario era acorde a la decoración, sillas, mesas, columnas, barandillas, todo, todo de estilo Romano. El local tenía luz cenital proporcionada por varios flancos, desde la calle de Alcalá por el gran escaparate, y  en la parte posterior dada por un gran ventanal a un patio de vecinos. Los techos se habían adornado con esmerados trabajos de escayola en forma de artesonados o huecos hexagonales de iluminación indirecta. En la parte central bajo la gran cúpula se construyó un escenario y se dejó espacio para una pista de baile.


 Planta del amplísimo salón del Café Calatravas.
 
Subida desde el sótano a la planta calle.

Otro de los rincones del salón de té.
 

Imagen tomada desde otro ángulo del mismo salón.


Espacio central culminado por una gran cúpula.

El local en su conjunto era una verdadera maravilla y en él se reunían cada tarde tertulianos que podían mantener profundas conversaciones o disfrutar de la música de la orquesta de turno que cada día amenizaba el café.
Funcionó al unísono que el cine aunque no tuviesen relación directa, salvo que como hermanos, nacieron prácticamente a la vez, uno en 1936 y otro en 1939 y desgraciadamente desaparecieron en el mismo momento, ambos a mediados de 1955, absorbidos por una sucursal bancaria, concretamente por la Confederación Española de Cajas de Ahorros C.E.C.A.


A la derecha de la imagen vemos la antigua entrada del cine absorbida ya por la C.E.C.A.
A principio de los años 90 el edificio se vuelve a reformar en su totalidad volviendo a dar a su fachada los siete huecos originales aunque jamás recobrará ese sabor castizo de sus balcones y miradores.

Fachada actual del edificio donde estuvo el cine y café Calatravas.

Imagen aérea actual  donde se remarca el espacio que ocupó el cine Calatravas.

Alzado en 3D de parte del edifico del Cine y Café Calatravas.

Como en muchas ocasiones ocurre, las modas y las épocas nos trasforman a todos, como en el caso que nos ha ocupado hoy, el cine Calatravas que tuvo de antecesor a una entidad bancaria y terminó absorbido por otra, aunque en su camino nos dejó al menos el recuerdo de su paso.

Autor: David Miguel Sánchez Fernández.

Fuentes:


- Oronoz. Archivo fotográfico.
- Madrid y el Cine. Pascual Cebollada y Mary G. Santa Eulalia. 2000. Comunidad de Madrid.
- Urbanity.
- Memoria de Madrid.
- Nuevas Formas nº 1 1935
- Revista Arquitectura. nº 1 Enero-Febrero de 1935.
- Cortijos y Rascacielos nº 22  1944.
- http://www.foro3d.com/f250/iglesia-las-calatravas-calle-alcala-61379.html (imagen de Keasar)

11 de julio de 2010

EL CINE CAPITOL. (La flor y nata de la Gran Vía.)

 
Quizás no sea el mejor cine de Madrid, y posiblemente tampoco sea el más maravilloso edificio de la capital, pero desde luego no podemos discutir que fue, es, y será un emblema de nuestra ciudad, Madrid. El cine Capitol, que estaba inserto en el edificio Carrión llegó a ser el más grande de Madrid y el quinto de Europa. Conozcamos un poco la historia de este inmueble que nació como uno más, y terminó siendo el mejor edificio de su tiempo y uno de los más fotografiados en la actualidad.


Alzado del que sería el definitivo edificio Capitol.

El edificio que ocuparía un intrincado solar  en el tercer tramo de la Gran Vía, con superficie de 17.400 pies cuadrados, propiedad de el Marques de Melín, D. Enrique Carrión y que dominaría la esquina entre las calles Jacometrezo y Eduardo Dato, salió a concurso en 1931 y a este se presentaron varios proyectos de jóvenes arquitectos entre los que cabían destacar a Luis Gutiérrez Soto, Pedro Muguruza o Manuel Cárdenas. Los proyectos tendrían que estar a la altura del emplazamiento de la que sería la puerta del tercer tramo y se vería desde todo el recorrido del segundo.

   

Proyectos propuestos por Pedro Muguruza y Manuel Cárdenas.


Proyecto de Luis Gutiérrez Soto, quizás el más acertado de los tres.



Otro  proyecto presentado por Eduardo de Garay y Juan Zabala.

Como hemos citado en otras ocasiones Luis Gutiérrez Soto maestro con posterioridad de muchos de los mejores locales de espectáculos, se vio estrechamente relacionado con el racionalismo Mendelsoniano y de ahí que este proyecto y los posteriores, como el del Cinema Europa, tuvieran tanta influencia sobre él. Pero en esta ocasión no fue el Sr. Gutiérrez Soto el elegido para proyectar el edificio sino que la tarea fue asignada a los jóvenes arquitectos Vicente Eced y Eced y Luis Martínez Feduchi  este último también influenciado por la arquitectura del berlinés Erick Mendelson. De hecho a su vuelta de un viaje por Alemania coincidiendo con el concurso, trajo un boceto del proyecto  para el edificio Carrión rotulado a espaldas de una postal de un inmueble de Mendelson, los Almacenes Schockers, del que desde luego se vio influenciado.


Imagen de los almacenes Schocken en el Berlín de los años 30.


Imagen actual de otro de los edificios diseñados por Erick Mendelson, desde luego no hay que dudar que tanto Martínez Feduchi como Gutiérrez Soto se vieron atraidos por las sencillas líneas que caracterizaban a estos aerodinámicos inmuebles.

El proyecto escogido fue presentado ante el Ayuntamiento de Madrid siendo este desestimado por exceso de altura, a pesar de que su vecino el Palacio de la Prensa ya sobrepasaba en exceso el límite permitido. Finalmente y tras el abono de la suma de 338.812,50 pesetas a la comisión de Fomento por compensación de altura, se concedió la licencia, aunque tan solo se llegasen a pagar 182.437,50 pesetas. El solar estaba listo y el proyecto también, así que en diciembre de 1932 comenzaron las obras del majestuoso edificio.


Magnífica imagen de la plaza del Callao, en primer término el Cine Callao, a la derecha el Palacio de la Prensa aún en construcción, y en el centro de la imagen el afilado solar donde se levantaría el Edificio Carrión o Capitol.

El edificio que se proyectó para este solar tendría una altura de 54 metros y 16 plantas más dos de sótano y se alzaría con hierro y hormigón armado. Hay que reseñar que en este edificio se construyeron para el sustento del techo de la sala, las que fueron durante largo tiempo las vigas Vierendeel más grandes del mundo y las primeras en España; estas tenían que aguantar no solo el peso de la cubierta del edificio que en algunos puntos llegaban a tener 31 metros de longitud, sino que sobre ellas aún se construirían unas cuantas plantas más de pisos. Además de las construidas en hormigón también se utilizaron de hierro para el vestíbulo del cine.


Una imagen tomada desde el edificio del Palacio de la Prensa, al fondo la calle de Jacometrezo.


Una de las famosas vigas Vierendeel, la más pequeña de ellas que se esconde sobre el vestíbulo de entrada al cine.



La misma viga vista desde el interior del edificio.




Esquema de construcción de cada una de las cuatro vigas Vierendeel de hormigón armado y hierro de tres metros de altura y hasta 31 metros de longitud que cubren la sala de proyecciones.





Imagen de la construcción del graderío de entresuelo realizado totalmente en hormigón armado.

Como hemos reseñado anteriormente sobre las cuatro vigas Vierendeel se levantaron tres alturas más, destinadas a oficinas, no solamente en la cara que daba a la calle de Jacometrezo sino también en la interior, proyecto que nació con posterioridad como una ampliación pero que se ejecutó simultáneamente al resto del edificio.



Dos imágenes del proyecto de ampliación sobre el patio de butacas de tres plantas más.



Sección del edificio, obsérvese las plantas sobre la sala de cine.



Alzado a la Gran Vía del nuevo edificio Capitol.



Presupuesto total del edificio Carrión.

Como hemos comprobado en la tabla anterior no se escatimó en absoluto en materiales de calidad, dando como resultado un majestuoso edificio en el que se instalarían, un café, una sala de té, una sala de baile, una sala de cinematógrafo, oficinas, estudios y apartamentos de alquiler. Todos los muebles del edificio fueron diseñado por los propios arquitectos, plasmando en estos, las mismas líneas que le concedieron a su preciosa fachada. Las obras comenzaron el día 11 de abril de 1931 y se dieron por concluidas con la inauguración de la sala de espectáculos el día 15 de octubre de 1933.



El edificio Capitol recién inaugurado.

El revestimiento externo del edificio se realizó con granito pulimentado en el chaflán, arenisca en las fachadas laterales y caliza de Colmenar en molduras y detalles, confeccionando toda la parte baja del edificio con piedra azul de Murcia y mármoles. Los huecos de fachadas especialmente en el chaflán estaban realizados con ventanas corridas en las que se instalaron persianas de madera individuales curvadas, proporcionando a esta parte un aire muy moderno, funcional y aerodinámico, recordando completamente a la proa de un trasatlántico.


Un magnífico plano en contrapicado del chaflán del edificio.

Podríamos estar horas y horas hablando de los 5.000 detalles del edificio Capitol pero simplemente vamos a hacer un breve recorrido por sus dependencias para no quedarnos con las ganas de visitar el inmueble. En primer lugar y como punto estratégico, citar el café, bar, y restaurante americano, que se instaló en el chaflán curvado con vuelta a Jacometrezo, un magnífico establecimiento en el que reinaban las líneas horizontales y la sencillez.[...] 

El resto de la información la podrán encontrar en la página 107 de mi libro "Cines de Madrid"