13 de agosto de 2010

EL CINE SAN CARLOS. (De Carlos Gardel a Dj Nano). Reedición.

En un solar de planta irregular, en la calle de Atocha con vuelta a la del Cenicero, ya utilizado con anterioridad para la instalación ocasional de barracas de feria y proyecciones, el arquitecto Eduardo Lozano Lardet, proyectó la que sería una de sus obras cumbre en la capital Española.
Este genial arquitecto diseño un edificio de viviendas construidas en la fachada a la calle Atocha, y una sala de cinematógrafo paralela a la calle de Cenicero, incluyendo además en el proyecto, una terraza para proyecciones al aire libre y una sala fiestas en su planta sótano. El inmueble construido entre 1928-1929 se levantó en siete alturas más torreón, con estructura de hormigón armado y decorado siguiendo las tendencias del más depurado expresionismo alemán, y orientaciones del racionalismo más radical, creando fachadas limpias y libres de recargada ornamentación, también conocido como estilo "stream line" como define claramente "David Pallol" en su blog Madrid art-deco y como el mismo dice, enriquecido por sus formas aerodinámicas, de bandas horizontales que le dan una sensación de aerodinamismo y movimiento.

El edificio del cine San Carlos poco después de ser inaugurado.

Las viviendas estaban separadas de la sala cinematográfica por un patio interior de forma triangular que servía de barrera acústica entre ambos.
La entrada al cinematógrafo se realizaba desde la calle atocha, donde además se encontraba también la puerta de acceso a la sala de fiestas de la planta sótano y una cafetería instalada entre ambos.
La fachada de la entreplanta había sido decorada con bajorrelieves de escayola policromada realizados por el pintor portugués "Almada Negreiros " los cuales estaban basados en inspiraciones cinematográficas.


Esquina de las calles Atocha y Cenicero donde se encontraba la entrada a la sala.


Fachada lateral a la calle del Cenicero antes de terminarse la construccion del cinematógrafo.

Cuatro amplios huecos iluminaban el vestíbulo desde donde arrancaban unas escaleras de acceso directo al ambigú situado en la entreplanta, traspasado este, otro, alto, de doble altura dejaba ver a sus lados las escaleras de accesos a las plantas superiores. La decoración se había realizado con abultados en escayola siguiendo la misma corriente que en sus fachadas. Dos ascensores instalados junto a una de las escaleras nos conducían a las localidades más altas. El patio de butacas era amplio y espacioso, con contando con salidas de emergencia directas a la calle del Cenicero.[...] 

El resto de la información la podrán encontrar en la página 218 de mi libro "Cines de Madrid"