29 de abril de 2012

EL CINEMA BILBAO. ( 1926-1993 )



En la calle de Fuencarral nº 118, muy próximo a la plaza de Bilbao se levantó durante el año 1925 uno de los cinematógrafos más suntuosos de la zona de Chamberí. En una época en la que los locales de espectáculos se inauguraban con inusitada regularidad, nació uno que llamaría especialmente la atención, el Cinema Bilbao. En un solar de planta rectangular, proveniente del derribo de una antigua casa de vecindad, levantaría la Nueva Sociedad de Construcciones LTD, un edificio de robusta fisonomía diseñado por el famoso arquitecto José de Aspiróz y Aspiróz. En su fachada, completamente simétrica se mezclaban gran cantidad de ornamentos de diferentes tendencias, destacaba un gran hueco central que inundaba de luz los vestíbulos superiores, rematado por un gran arco carpanel que apoyaba sobre la imposta, bajo esta, líneas verticales que decoraban las pilastras y que recorrían las plantas primera y segunda. A ambos lados del gran lucernario central dos huecos rasgados que daban luz a la caja de las escaleras las cuales subían simétricas hasta la planta tercera. En la parte más alta y a modo de torreón nacía un cuerpo central con tres huecos decorados con balaustradas de piedra artificial y columnas dóricas, rematado por una amplia cornisa y dos pináculos. Motivos alegóricos y medallones decoraban cada rincón de su ecléctica fachada y sobre la puerta central una amplia cornisa de hierro y cristal modernista daba la  puntada final a este jolgorio de estilos arquitectónicos.

   
Proyecto original realizado por José Aspiróz y Aspiróz para la fachada del local.


 Inédita imagen del Cinema Bilbao en los años 20 Obsérvese la cantidad de ornatos y detalles de diferentes estilos que decoraban su magnífica fachada.

El proyecto que nació en 1925 y se llevó a cabo en 1926 sufrió algunas modificaciones durante el transcurso de las obras posiblemente por algunos fallos fácilmente remediables en cuanto a tema de normativas. La entrada a este elegante cine se realizaba un gran hueco central con tres puertas de dos hojas cada una, dejando para desalojo las dos laterales  situadas bajo las escaleras. Entre los huecos de entrada se habían instalado las pequeñas taquillas, una a cada lado de la puerta central.
Nada más traspasar la puerta de entrada nos daba la bienvenida un amplio y elegante vestíbulo, con tres puertas de ingreso a la sala que quedaban completamente enfrentadas a las de salida a la calle, para poder desalojar el local en el menor tiempo posible. Dos escaleras, una a cada lado con barandillas de hierro con formas modernista, conducían a los pisos principal y de paraíso, mientras que el acceso al entresuelo se realizaba desde el propio patio de butacas. Suelos de mármol, zócalos del mismo material, pequeñas molduras con aires racionalistas y unas curiosas lámparas en forma de peonza influenciadas por el mismo estilo.[...] 

El resto de la información la podrán encontrar en la página 98 de mi libro "Cines de Barrio"