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29 de mayo de 2010

OLÍMPIA, SAGE Y PALACIO DE LA MÚSICA (El primer cinematógrafo de la Gran Vía)


Terminadas prácticamente las obras de urbanización del segundo tramo de la Gran Vía, se solicitó el 30 de Mayo de 1924 el permiso para la ejecución de un edificio en un solar de 1.146 m²  en la avenida de Pi y Margall nº 13 con vuelta a la calle  de la  Abada 14. El edificio de grandes proporciones fue encargado al arquitecto de renombre D. Secundino Zuazo Ugalde quien diseñaría un verdadero palacio del entretenimiento para la Sociedad Anónima General de Espectáculos, al cual se le denominó Sala Olímpia. Bajo este seudónimo se presentaron los primeros proyectos que fueron desestimados por algunos detalles técnicos que se centraban principalmente en el tamaño de las salidas de emergencia y eliminación de peldaños en abanico en algunos tramos de escalera. Finalmente se dio el visto bueno al proyecto y comenzó la construcción de este. Se barajaron varios proyectos para sus fachadas aunque todos eran relativamente muy semejantes. El solar de intrincada forma y con tres fachadas vistas, fue vaciado y cimentado a la suficiente profundidad como para crear bajo la sala de proyección, un teatro-club de espectáculos de dos alturas.


Boceto para la fachada principal del edificio.

La cimentación se realizó con hormigón armado al igual que la estructura de forjados, algunos puntos fueron reforzados con vigas de hierro que en casos llegaban a dejar huecos de luz de hasta 25 metros. La cubierta se realizó con gigantescas vigas de hierro que apoyaban sobre cuatro pilares maestros que sustentaban toda la estructura, sobre la cual se proyectó un cinematógrafo al aire libre que se ejecutaría con posterioridad.  Para su fachada principal se utilizó definitivamente un estilo barroco al que se le dio cierto aire moderno, tal vez un tanto ecléctico al mezclar diferentes materiales y acabados. Su fachada principal acogía dos grandes huecos de entrada al cinematógrafo junto a los cuales se habían formado 4 nichos rematados con arcos de medio punto, siendo toda esta cara de la planta baja realizada con mármol. Sobre ésta se levantaban en dos alturas más, tres paños de ladrillo en los que resaltan principalmente los huecos con vidrieras rematados con motivos mitológicos. Culminando la fachada, un corredor a modo de porche rematado por columnas jónicas y una magnífica balaustrada de mármol, tanto en esta planta como en el ático.


Alzado definitivo para la fachada a la Avenida de Pi y Margall.

El resto de fachadas a las calles laterales se realizaron de una forma mucho más sencilla sin derroches decorativos, compuestas principalmente de altos muros de ladrillo de los que tan solo resaltaban molduras de piedra artificial en puertas y ventanas. El proyecto varió según se construía eliminando algunos detalles y añadiendo otros, entre ellos el nombre de la sala que nacería como Palacio de la Música o sala S.A.G.E. iniciales del la Sociedad Anónima General de Espectáculos.


Fachada lateral continuada a la calle de la Abada.

En la fachada lateral se construirían cuatro salidas directas del patio de butacas y dos más de desalojo de las plantas superiores y sótanos.


Detalles de acabados de estructura y forja de la puerta derecha de la fachada principal del local.


Detalle de uno de los tres paños de ladrillo y ventanas que decorarían la fachada principal a la Avenida de Pi y Margall.

Como hemos citado anteriormente el ingreso a la sala se realizaba desde dos puertas instaladas en la fachada principal y una más en la lateral de la Abada, dando  paso a un gigantesco vestíbulo dónde se había construido una escalera de desalojo general de las plantas superiores y el sótano.


Sección del Palacio de la Música, obsérvese en la imagen las dos plantas inferiores destinadas a Sala de fiestas, las cuatro siguientes ocupadas por el cinematógrafo y el ático en donde se pensaba instalar un cine al aire libre.

Durante su construcción sucedieron algunos imprevistos, del que destacamos el ocurrido en la madrugada del día 4 de Diciembre de 1925, cuando las obras ya estaban muy avanzadas y quedaban pocas semanas para su apertura. En mitad de la noche, el forjado de la última planta que cubría la sala se desplomó súbitamente llevándose por delante todo lo que encontró a su paso, y arrancando parte del muro medianero con una antigua casa vecina. Esto provocó la muerte de una joven vecina y cuantiosos daños materiales, ya que el inmueble estaba prácticamente terminado, ante lo cual el Sr. Zuazo se vio en la obligación de modificar por completo el proyecto y reforzar la sujeción del forjado eliminando de una vez la idea de instalar en su terraza una sala de verano.[...] 

El resto de la información la podrán encontrar en la página 28 de mi libro "Cines de Madrid"