En el madrileño barrio de
Arguelles, en la calle del Marqués de
Urquijo 23, se levantó en los años 40 un pequeño cinematógrafo que haría las
delicias de muchos de los vecinos. En una zona muy castigada en la contienda y
que quedó plagada de solares se construyó un nuevo edificio destinado
únicamente a cinematógrafo, a pesar de tener un gran competidor a escasos
metros, el Cinema Arguelles.
El cine Urquijo se emplazó en un
solar propiedad de Juan Calatrava de forma casi rectangular de 529 metros
cuadrados, levantándose en cuatro alturas más sótano. Su única fachada a la
calle del Marqués de Urquijo se realizó en fábrica de ladrillo enlucido, con
abultados y adornos en piedra artificial en jambas, impostas y cornisas, de
forma completamente simétrica y conformando tres partes claramente
diferenciadas. La planta calle y primera formaban un primer grupo del que
destacaban el amplio pórtico que ocupaba las dos alturas y donde se encontraban
la puerta de entrada y las taquillas, dejando un amplio mirador en la parte
superior que escondía en su interior un maravilloso vestíbulo. Una segunda
parte que se componía de las plantas segunda y tercera, plagada de ventanas que
iluminaban el interior del local y de la que resaltaba los cuatro huegos rasgados
centrales, y por último una tercera, que no era más que un muro que escondía la
azotea y que había sido decorado con cuatro huecos abiertos centrales y dos
laterales con celosía.
Proyecto para la fachada del cine Urquijo, en la calle del mismo nombre.
Su arquitecto, Luis Alemany y
Soler escogió para su distribución interna un esquema que se repetiría
continuamente, tal y como ya habíamos visto en el cine Narvaez, España o
Mundial. La cimentación se realizó con hormigón y grava de 200 kg por m3,
los muros se construyeron de fábrica de ladrillo guarnecidos con yesos en
los interiores, y enfoscado en las fachadas exteriores, el forjado de los pisos
se ejecutó con viguetas metálicas sobre las que se colocó doble tablero de rasilla,
y la cubierta se hizo con gigantescas cerchas férreas, material escaso en esa
época y que sufrió graves restricciones, usándose también en las jácenas del
anfiteatro, escenario y marquesina de entrada.
El acceso al interior del local
se realizaba por un gran hueco central de ocho metros donde se habían instalado
unas magníficas puertas de forja y cristal que se abrían hacia fuera para
desalojar el inmueble sin problemas. Un gran vestíbulo flanqueado por dos
amplias escalinatas, una a cada lado de las puertas de entrada, en él cuatro columnas
presidian el espacio, y al fondo los tres huecos de acceso al patio de butacas
de 1,50 m de ancho con dos hojas cada uno. Los suelos eran de piedra artificial
de colores, las paredes estaban decoradas con caras pinturas al estuco, y los
techos adornados con molduras de escayola. La iluminación se realizó mediante
pequeños plafones de bronce y cristal instalados en sus paredes, y
principalmente por una gigantesca lámpara de araña que colgaba desde el techo
del vestíbulo superior y que por medio de un gran hueco abierto con baranda, se
descolgaba e iluminaba el de la planta baja. Bajo ambas escaleras se habían
instalado de forma simétrica las
taquillas y el guardarropa, además del acceso a la planta sótano.[...]
El resto de la información la podrán encontrar en la página 139 de mi libro "Cines de Barrio"
enhorabuena david ya te empezaba ha echar de menos tu local mensual y esta mañana cuando he entrado en el blog y he visto el cine urquijo (por cierto soy jose luis te informe sobre el cierre de las salas lido) dije ya esta aqui mi cita mensual y ademas con cine que llegue a conocer no mucho pero lo conoci. muchas gracias por tu blog
ResponderEliminarHola Jose Luis.
EliminarMuchas gracias por acompañarnos otro día más. Intento estar al día con las entradas pero me es complicado, no obstante intentaré ser puntual.
A ver si alguien nos cuenta como era el cine cuando cerró, supongo que sería muy parecido al resto de locales de la época.
Un saludo y te espero en la proxima cita.
Como siempre, muy interesante tu reportaje. Nunca visité el cine Urquijo en su interior pero si lo recuerdo por fuera,porque tenía unos conocidos que vivían muy cerca de él, en el Paseo de Rosales. Sé que en un momento dado, una empresa estuvo barajando la posibilidad de reconvertirlo en teatro, pero el coste de la reforma -que practicamente obligaba al derribo de todo el inmueble en su interior- les hizo desistir. En fin un local más desaparecido y que -gracias ti- permanecerá en la memoria de los que no lo conocimos y tambien de sus viejos espectadores que te lean.
ResponderEliminarEnhorabuena como siempre
Hola Jordi.
EliminarGracias por tu puntualidad británica, no fallas nunca. Aunque resisdes en Tarragona parece que granparte de tu vida la pasaste en Madrid, porque si no como ibas a tener tantos recuerdos.
Si yo hubiera comenzado con este trabajo ya de arqueologia antes, podría haber fotografiado muchos de los inmuebles, porque casi todos se derribaron en la decada de los 80 -90
Un fuerte abrazo y espero tu comentario en el próximo post.
Hola David. soy Alberto. Como siempre has hecho un estupendo reportaje.
ResponderEliminarPues yo conoci a uno de los ultimos operadores de cabina que trabajaron hay , hasta que cerro. posteriormente fue el jefe de cabina del cine rex en la gran via, y fue hay donde lo conoci, ya que trabaje con el una temporada.
como siempre he tenido la costumbre de hablar bastante con todos mis compañeros mas veteranos, dado que siempre han sido un pozo de sabiduria, con respecto a este mundo.
Pues en definitiva la ultima andadura de este local, a sido como otros tantos. Nacieron con gran esplendor, y es que el cine antes era asi, y con el paso de los años, llego a ser, como otros muchos, salas de sesion continua, que digamos era, a lo mas bajo en categoria que podia llegar un cine.
Y la historia se repetia, descenso de espectadores, mal mantenimiento del local, en definitiva este cine iba muriendose poco a poco en su desidia, lo que conllevaba , el deterioro de sus ornamentaciones y decoracion.
un dato , que recuerdo, es que el ultimo equipo de proyeccion que tenia el local eran dos proyectores marca ossa VI, segun me conto su operador.
En fin un saludo y animo con el blog, que me consta lo dificil que es conseguir datos y documentacion sobre estos extintos locales.
Gracias Alberto por tu comentario y por tu aportación respecto a los proyectores.
EliminarYo no lo conocí, como tantas y tantas salas de la capital, pero por los comentarios queda claro que como bien dices terminó siendo una sala de cuarta venida a menos.
Cuantas maravillosas historias conoces. Ma gustaría que un día las compartieramos y se las contaramos al resto de los seguidores.
Un saludo.
Hola David.
ResponderEliminarSé que no añade mucho, per sólo fui a ver una película en el año 87 allí, La mosca (Cronenberg) lo recuerdo como un cine cuya fachada se iba cayendo y que tenía una escalera de acceso interior, pero me falla la memoria con este local.
En la zona había algunos cines cercanos que no visité, como el Princesa que ahora es una tienda de ropa. Y otros que sí conocí, como le Rosales, en la calle Quintana, que es un gimnasio o un supermercado, no estoy seguro.
Por cierto, no sé si tienes enlazada oo conoces la web Prospectos de Cine. Por si acaso te copio el enlace, porqu es completita en información:
http://www.prospectosdecine.com/?nav=opinion
Saludos
Hola Pablo, perodona que no te contestara antes.
EliminarNadie tiene un buen recuerdo de la sala, todos dicen lo mismo, alli vi.... pero nadie hace incapié en la decoración ni en nada más. Seguro que al final de sus días llego siendo una simple sala de barrio a pesar de tener una programación de estreno.
Conozco la página que me dices, tiene muchas fotografias muy buenas y alguna información adicional.
Gracias por acompañarnos una semana más.
Un saludo.
¡Ay! Con tanto café no me ha dado tiempo a comentarte. Sé que estuve algunas veces en el Urquijo, pero no recuerdo nada de su "anatomía", ni de las películas que vi y es una pena. Lo que sí recuerdo es que en los años 70 a la calle en cuestión (antes paseo de los Areneros o Harineros, según quien lo cuente)se le conocía como "El Tontódromo" por la cantidad de pijos que subían y bajaban incansables por allí.
ResponderEliminarUn besote y, ya sabes, a seguir.
Hola Charito, como molan tus historias.
EliminarDiscotimos sobre ese tema del harineros o areneros, algún día de esos que tenga tiempo (que son pocos) buscaré y te contaré.
Sobre el cine poco más hay que contar, al parecer paso sin más pena ni gloria que ser un simple cine de barriada a pesar de su magnífica decoración con la que nació.
Un abrazo y sigue siendo así de autentica.