A finales de los años 50, apareció en Madrid el que sería el primer moto-cine / auto-cine de España y segundo de Europa.
La obra fue diseñada por el ingeniero D. Severino Bello Lasierra y el arquitecto de renombre D. Fernando Chueca Goitia.
Una vista general del complejo, en el lateral izquierdo el poblado de Ciudad Pegaso.
Las condiciones primordiales para la ubicación de los autocines eran un amplio parque automovilístico y unas condiciones meteorológicas favorables. A estos dos factores había que sumarles la cercanía de la base aérea norteamericana de Torrejón de Ardóz, de la que se esperaba fuese su mayor benefactor. El complejo se construyó como destacábamos anteriormente en unos terrenos cercanos a la Autopista del aeropuerto Barajas, y al barrio de Canillejas. Tenía como todos los de su clase forma de abanico y la pantalla estaba colocada en contra del sol para comenzar la proyección a última hora de la tarde sin que los últimos rayos molestasen. Los coches se distribuirían en 13 filas colocadas radialmente con capacidad para 700 automóviles. Cada una de las filas estaba separada 12 metros pudiendo así acceder a los estacionamientos sin realizar ninguna maniobra. El espacio entre vehículos era aproximadamente de tres metros.
Planta del conjunto.
La pantalla fue construida con cimentación de hormigón armado y estructura metálica, por la casa Fabrimetal, esta que era de forma parabólica para conseguir una visión perfecta desde cualquiera de los ángulos, tenía una altura de 15 metros, aproximadamente unas cuatro plantas de una vivienda cualquiera, y una anchura de 42 metros, realizándose la proyección desde la cabina instalada en el centro del abanico a unos 100 metros de distancia. Esta era una construcción realizada en ladrillo, semienterrada para no quitar visión a los vehículos estacionados detrás de ella, que además albergaba uno de los grupos de retretes repartidos por el recinto.[...]
El resto de la información la podrán encontrar en la página 296 de mi libro "Cines de Madrid"