Después de algunos años trabajando en profundidad en este terreno he de
decir que jamás pensaba que aún hoy en día quedasen locales funcionando con la
magia y la solera del cine Alba.
Aunque bien es sabido entre los seguidores de este blog que el cine Alba es
actualmente una sala de proyecciones dedicada a la exhibición de películas X,
el personal y el local mantienen la magia de aquel cine de barrio, de aquel
cine en sesión continua que desapareció hace ya tantos años.
Gracias a la empresa que regenta el local en la actualidad (Gómez Ezquerra.
Compañía Palafox) hemos podido realizar un maravilloso reportaje fotográfico
que acompañará en cada momento la descripción del local, y que sirva este como
modelo ya que en él no se han realizado más modificaciones que la sustitución
de la embocadura de la pantalla y el cambio de las butacas hace ya algunos
años.
Se dice que el cine Alba surgió a
raíz del antiguo barracón de proyecciones Franco-Español propiedad de don
Crisanto García del Barrio y Rodríguez que había estado funcionando desde 1902
en un solar entre las calles Ancha de San Bernardo 11 y Flor Baja 2, muy
cercano al Hispano Francés o de la Flor, ambos convivían en la misma vía. Este gran
barracón diseñado por el arquitecto
Manuel Pardo y Pérez de 9,50 metros de ancho y 24,60 de largo se estableció un
año después, concretamente el 14 de Agosto de 1903 en un solar en la esquina
del la plaza del Progreso con vuelta a la calle del Duque de Alba y funcionó
continuamente desde esta fecha hasta al menos 1907.
Anuncio aparecido en “La Correspondencia Militar” 30-03-1907
Después se pierde su rastro y no
es hasta 1934 cuando la Sociedad Española de Cine Educativo solicita licencia
para la apertura de un cine de Actualidades en la casa hasta ese momento
ocupada por el periódico “El Imparcial” en el nº 4 de la calle del Duque de
Alba.
El edificio del diario “El
Imparcial” había sido construido bajo un proyecto del arquitecto Daniel Zabala
en un solar de la calle del Duque de Alba nº 4, ocupando seguramente parte del
terreno donde se asentaba el antiguo cinematógrafo, dando origen casi con
seguridad a la desaparición de este. Aunque se proyectó en 1911 no es hasta el
12 de febrero de 1913 cuando se inaugura la nueva sede de este.
Fachada y planta del diario “El Imparcial”
en la calle del Duque de Alba nº4. 1912.
El inmueble que contaba con dos
plantas más torreones, se levantaba en un solar de intrincada forma, siendo este
muy profundo y agrupando en un solo edificio todas las secciones del periódico,
desde la editorial hasta la impresión. Además este edificio comunicaba en su
parte posterior con la sala de máquinas de otro diario el “Heraldo de Madrid”,
que en conjunto con “El Liberal” formaban el “Trust” de la “Sociedad de
Editores de Madrid.”
El ecléctico edificio fue ocupado
por el periódico hasta principios de los años 30 cuando se traslada a otra
ubicación, momento en el que la Sociedad Española de Cine Educativo pretende
arrendar el local para instalar en él un segundo cine tras el éxito del cine
Actualidades de la Gran Vía, denominándolo en esta ocasión “Actualidades 2.”
Plano de situación del inmueble.
Fachada propuesta para el nuevo cine “Actualidades”
El Arquitecto don Saturnino
Ulargui Moreno realizó un magnífico trabajo para cuadrar en la antigua sala de
impresión del diario el patio de butacas, y crear ocupando dos de los huecos de
su fachada un ancho pasillo de acceso hasta este.
La obra era de consideración, y
había que derribar el gran patio con lucernario que tenía en su interior para
colocar un nuevo tejado y convertirlo en el espacio principal del cine. Además
se realizaría un gran hall vestíbulo de forma circular donde arrancarían los
accesos a las localidades de patio y las escaleras al entresuelo.
Planta baja y principal del proyecto
del Sr. Ugaldi.
El nuevo cine ocuparía la parte
posterior del inmueble, pero además había que diseñar sobre el papel dos
pasillos, uno de entrada y otro de salida, para que el local funcionara como lo
hacía su homónimo, con lo cual se complicaba aun más el proyecto. Por otra
parte había que construir un anfiteatro con dos salidas también independientes.
El arquitecto lo consiguió, y tras crear un laborioso proyecto la empresa se
echa atrás, en su nombre don José Joaquín
de Abreu e Yturbe secretario general de dicha compañía solicita una
cancelación de licencia de obras el 6 de noviembre de 1934, dejando la empresa
desierto el proyecto y el local vacio sin haberse realizado ninguna obra en él.
A mediados de 1940 seis años
después don Isidro Lorca Jamar solicita licencia para instalar en el mismo
local una sala de cine bajo un proyecto de Juan Fernández Yáñez al que se le da
el visto bueno y se le concede licencia de apertura el 20 de Julio de 1941. En
esta ocasión el proyecto era más sencillo pero en base tenía las mismas
premisas, desmontar el entramado metálico que sujetaba un gran bóveda en el
centro de la sala de maquinas y elevar los muros medianeros lo que fueran
necesarios y sobre estos construir con cerchas metálicas un nuevo tejado que
resguardaría el patio de butacas. La entrada y salida de espectadores en esta
ocasión ocuparía un único pasillo de cuatro metros de ancho y que tendría
entrada desde el hueco más a la derecha de su alzado, el cual debía ser demolido
en parte para darle más amplitud, pensando en algún momento incluso en crear un
escaparate de la tienda que ocupaba el local contiguo que haría más luminosa y
agradable su traspaso. Para ello se colocaría una gran viga metálica y dos
postes del mismo material que sujetarían la marquesina y la carga del piso
superior. Este largo y alto pasillo se había decorado con sutileza, molduras de
escayola que escondían la luz indirecta y vitrinas para exponer los films en
proyección, en su fondo y junto a una pequeña y característica taquilla dos
huecos de dos hojas cada uno que daban ingreso al vestíbulo del local.
El actual vestíbulo de entrada y la taquilla del cine Alba casi como se
describe en la memoria.
Proyecto presentado por el sr Juan Fernández Yáñez el cual sufrió algunos
pequeños cambios sin importancia tal y
como se encuentra en la actualidad.
El vestíbulo tenía forma
triangular y en su parte más ancha y a ambos lados se construyeron las
escaleras de acceso al entresuelo, entre estas dos, tres huecos daban paso al patio
de butacas. Los techos de este vestíbulo eran muy altos, y fueron decorados con
molduras de escayola y solados con mármoles en tono claros. En el lateral
derecho y frente a la puerta de entrada se estableció la contaduría y el despacho
de dirección y al otro lado del vestíbulo el aseo para señoras con ventilación
directa desde un patio interior de la finca.
Dos aspectos del amplio vestíbulo de entrada donde se encuentran las
escaleras de acceso al entresuelo y la entrada al patio de butacas.
Uno de los tiros de escalera con barandilla “art-decó”.
A través de los tres huecos del
vestíbulo ingresábamos en el patio de butacas, este había sido diseñado de
forma asimétrica, teniendo más localidades en uno de sus laterales que el otro
debido a la forma del solar. El suelo que había sido elevado 1,50 por encima de
su antigua rasante creando para ello un entarimado de madera que descendía
suavemente hacia la pantalla confiriendo una perfecta visibilidad a todas las
localidades a pesar de haberse colocado dos pilares de sustento del piso de
entresuelo.
Una imagen de la pantalla tomada desde la puerta de entrada al patio de
butacas.
El techo que formaba el balcón
del entresuelo se adornó con una gran estrella de ocho puntas o de Salomón,
realizada en escayola y que muy posiblemente en otro tiempo escondiera la
iluminación indirecta de esta parte del patio de butacas. Este mismo detalle se
repetía nuevamente sobre la embocadura de la pantalla, enmarcada por dos
molduras verticales que se desarrollan por el techo hasta llegar sobre las
localidades de entresuelo. A ambos lados de la pantalla dos hornacinas con
detalles en escayola escondían los altavoces del sistema sonoro. El resto de
los techos estaban decorados con abultados de escayola coloreados con detalles
dorados. La clara influencia del art decó quedaba patente además en unas
grandes esculturas que adornaban los laterales de la sala, realizadas en
escayola y que resaltaban sobre el color oscuro del resto del paramento y que
al igual que las estrellas posiblemente fuesen los originarios sistemas de
iluminación.
Detalle de dos de las cuatro esculturas que adornan los laterales de la
sala.
El patio de butacas estaba
formado originariamente por 297 butacas perfectamente ordenadas en 16 filas y
separadas por dos anchos pasillos de un metro cada uno.
El acceso a las localidades del
entresuelo se realizaba como habíamos citado anteriormente desde el vestíbulo
principal, a través de dos tiros de escalera laterales. Las escaleras llegaban
hasta un vestíbulo de entresuelo y continuaban su trayecto ingresando en el
interior de la sala y dando acceso a las localidades superiores. El arquitecto
había tenido especial cuidado en la seguridad y por esa causa enfrentó las
salidas y entradas al entresuelo, con las escaleras principales que guiaban sin
ningún tipo de obstáculo al desalojo rápido y ordenado en caso de siniestro.
Detalle del techo de la sala.
Plano del piso superior o de entresuelo sobre el que se realizaron pequeños
retoques de composición pero que muestra el sencillo y eficaz esquema de la
sala.
El piso de entresuelo contaba con
otras 203 localidades más repartidas en el entresuelo y dos palcos laterales
que se configuraban en forma circular en los extremos del balcón de anfiteatro.
Aquí la decoración era idéntica a la del patio, suelos de madera sobre bancadas
de fábrica, molduras realizadas con
escayolas de finas líneas coloreadas en tonos verdosos y dorados, y barandillas
tubulares niqueladas. La visión y el sonido eran perfectos incluso desde la última
fila, configurando una pequeña sala muy acogedora y perfecta para las
proyecciones sonoras.
Un aspecto del conjunto en la
actualidad y la pantalla vista desde el entresuelo. Parece que el tiempo se
hubiera detenido en las paredes de este local.
Otro detalle de
las esculturas art decó que decoran la sala.
En el pequeño vestíbulo del
entresuelo que se encontraba bajo la rampa del anfiteatro y que habíamos
descrito anteriormente se había construido además como nexo de unión entre las
localidades y el ambigú del bar. Este se encontraba dos metros más arriba y a él
se accedía por una escalera central que estaba adornada con barandillas del
mismo estilo que las del principal al igual que los balcones que se conformaban
el los huecos laterales. En el ambigú había luz natural proporcionada a través
de dos huecos de ventana y una puerta
que se encontraban al fondo de la sala y que servían de acceso a una
terraza.
El pequeño vestíbulo de unión entre las localidades del entresuelo y el ambigú
del bar de la planta superior.
Dos aspectos del vestíbulo superior y detalles de la barandilla que lo
adorna.
El bar situado en uno de los extremos del piso principal y la salida a la
azotea situada en el extremo opuesto de este.
Un detalle del esgrafiado que adornaban las paredes interiores del patio de
luces hoy completamente descoloridas.
En la misma planta y junto a la
barra del bar había una puerta de acceso a un almacén y enfrentado a esta otras
tres, una de ella la ocupaban los aseos de caballeros, otra un almacén con dos
ventanas al patio interior y la última
de desalojo en caso de emergencia que bajaba hasta el sótano y subía hasta la
planta primera donde estaba la cabina y que antiguamente se había utilizado
como escalera de servicio del diario “El Imparcial”. Desde el propio pasillo de
entrada al local en la planta calle se podía acceder a esta escalera por lo que
servía de entrada directa a la cabina de proyección sin tener que pasar por dentro
del cinematógrafo.
Ascendiendo por dicha escalera se
subía un piso más y tras una puerta se encontraba un amplio espacio con dos
ventanas, que servía de distribuidor hacia el cuarto del operador, la cabina de
proyección y el aseo del servicio. La cabina construida con materiales ignífugos
y con puerta de hierro y apertura hacia el exterior estaba dotada de dos proyectores marca Bauer.
Bajando a través de la misma
escalera de servicio que nos había hecho llegar hasta la cabina se accedía al sótano,
en él y cruzando un patio interior
llegábamos hasta el cuarto de calderas y la carbonera donde además se había
instalado el sistema de clima artificial marca Geal. Contaba con una magnífica
caldera marca Roca de 8 elementos y con potencia de 96.000 calorías.
El sistema de calefacción se
realizaba a través de radiadores establecidos por todo el local, además había
varias rejillas de renovación de aire que proporcionaban un ambiente seco y
agradable en invierno y al menos húmedo en verano.
Planta principal o de control donde estaban la cabina y el cuarto del
operador.
Las primitivas escaleras de servicio del diario “El imparcial” hoy transformadas
en el acceso a la cabina de proyección del cine Alba y un aspecto del estado
actual de esta. Junto a uno de los antiguos proyectores Rafael Sánchez su jefe
de cabina.
El túnel que conduce al cuarto de máquinas y la caldera de carbón aún hoy
en uso del cine Alba.
Su pequeña entrada fue completada
por una minúscula marquesina sobre la que se instaló el luminoso “Cine Alba”.
Un sencillo cierre de tijera impedía el paso al público al largo pasillo que servía
de antesala al cine. Abrió sus puertas el 21 de junio de 1941 con la película
“Tras las Montañas” y “Noticiarios UFA”, desde ese momento funcionó en sesión
continua y consiguió grandes éxitos en su carrera.
En los años 60 pasó a manos de
Cecilio Gómez que lo explotó conjuntamente con el resto de locales que poseía
la familia, modificando mínimamente su fisonomía, modernizando sus localidades
y cambiando los antiquísimos proyectores Bauer por otros dos de la marca
Warner.
Ante la decadencia del negocio a
finales de los años 70 se trasforma en una sala de proyecciones “S” donde cada día
se pasaban en sesión continua varias cintas de alto contenido sexual.
Finalmente y tras un periodo en esa modalidad, el 10 de marzo de 1986 pasó a
convertirse en una sala “X” junto a otras quince en la capital.
El cine Alba a principios del siglo XXI
El cine Alba mermaba su aforo con
cada reforma, la instalación de butacas más espaciosas y cómodas y la supresión
de los antiguos palcos y las primeras filas del patio redujeron hasta 380 sus
localidades.
A partir de su conversión en cine
X se incorporó un nuevo sistema de proyección y las cintas en 35 mm se
alternaban con el súper VHS que terminó sustituyéndolas, después llegó el
DVD sistema que conserva en la actualidad.
Sus antiguos empleados, que
llegados desde otros cines de la cadena terminaron trabajando en este local tan
normal para ellos y tan lejano, desconocido e inquietante para nosotros,
recuerdan con añoranza tiempos mejores en los que los padres venían con sus
hijos a ver una sesión continua en la que quizás no hubiera ni siquiera una
escena de sexo.
Los antiguos proyectores
decoraron el ambigú muchos años, hace algunos meses uno de ellos, el número 2 se trasladó al cine Palafox y en ese lugar
continua, y el otro, el número 1 fue regalado al “Museo del cine” situado en Villarejo
de Salvanés.
Tres empleados del cine Alba delante del antiguo proyector nº 2 que en la actualidad se encuentra en el cine Palafox. (Rafael Sánchez, Luisa Martínez y
Clemente Navarro)
Sin duda alguna el cine Alba es
una joya del Madrid de los años 40, escondido y enmascarado tras un velo de
pornografía, su antiguo jefe de cabina Rafael Sánchez que lleva en este local
más de 30 años sueña con un día en el que el cine vuelva a relucir como nuevo y
en su puerta se vuelvan a agolpar los espectadores impacientes por ver una
proyección en sesión continua. Lo curioso es que a pesar de todos los cambios
este cine sigue proyectando cine en sesión continua aunque ni tan siquiera se
puedan mostrar los afiches y carteles de la película que se está pasando.
Rafael desde hace ya muchos años es el encargado de crear bajo su ingenio
carteles para cada una de estas frías películas, único reclamo del local, lo
que le ha valido incluso el merecimiento de un libro que bajo el título de “Cartelesx
y Postersx” hace un repaso por algunos sus mejores trabajos.
Uno de los carteles dibujados por Rafael en la cartelera del cine Alba.
Hace unos años una reforma le ha
devuelto su color original a la fachada del antiguo edificio y la marquesina y
el cartel anunciador han desaparecido. Tan solo los parroquianos más asiduos
saben que al fondo de ese hoy triste pasillo se encuentra una sala “X”,
competidores tiene pocos, el cine Cervantes de la Corredera Baja y hasta hace
unos meses el cine Postas de la calle del mismo nombre.
Aunque parezca mentira, el cine
Alba aún es rentable y seguirá funcionando por el momento. Quizás llegue un día
en el que todos podamos contemplar de nuevo lo que fue una de las salas en
sesión continua más querida por los vecinos y que mejor guarda la esencia del
verdadero cine, ese que ya no existe.
Aspecto actual del inmueble y un antiguo
cartel de un pasado ya lejano.
Agradecimiento muy especial para el Sr. Gómez Ezquerra que nos concedió sin ningún reparo esta visita, y a los empleados Compañia Palafox, Rafael Sánchez y Luisa Martínez por su colaboración.
Autor: David Miguel Sánchez Fernández.
Fuentes:
- Hemeroteca ABC.
- Madrid y el Cine. Pascual Cebollada y Mary G. Santa Eulalia. Comunidad de Madrid 2000.
- COAM. Casco Urbano.
- Archivo de Villa. 30-185-48 / 44-133-44.
- QDQ.
- El Imparcial.
Como siempre, magnífico reportaje con una cantidad de información absoltuamente increible. Tan increíble como que en el día de hoy haya podido conservarse prácticamente inalterado este magífico cine que es una pequeña joya arquitectónica (que pocas salas quedan con la decoración original y menos en estilo art-decó.)
ResponderEliminarMe ha recordado un poco a otra joya, el cine Cedaceros (para mi, teatro Arniches) que a pesar de las circunstancias ha conservado su decoración originaria y que, como este es una pequeña bombonera. ¿Te imaginas poderlos ver a los dos completamente restaurados y con una programación normal?
Enhorabuena una vez más, amigo.
Gracias Jordi.
ResponderEliminarDesde luego hasta el momento es la mejor joya que yo he encontrado, evidentemente el cine Doré es sin duda lo mejor pero salvando las distancias este inmueble es una maravilla a pesar de su estado.
¿Sabes que el cine Doré fue propiedad del mismo empresario?, es curioso que dos de los tres locales más antiguos que aún hoy se conservan pasasen por la mismas manos.
A partir de hoy creo que no solo Rafael Sánchez su jefe de cabina será el único en soñar con un futuro mejor para la sala, pero corriendo los tiempos que corren, creo que no se hará realidad, ójala me equivoque.
Sobre el teatro Arniches no voy a decir nada, sin duda y sin verlo creo que es la esencia del cine tal y como lo vivieron nuestros abuelos, pero no se puede luchar contra los elementos y si nadie lo evita terminará cayendose.
Muchas gracias por dejar siempre tu comentario.
Un abrazo.
¡Qué gran aticulo!. Es increible que aun siga funcionando un cine en estas condiciones, conservando el espiritu del original, pero, desgraciadamente, en 2012. Viendo estas fotos puedo asegurar que el cine en el centro de las ciudades ha desaparecido como tal. Se pueden conservar algunas salas, pero nunca podremos retroceder en el tiempo. Hoy toca vivir el cine de otro modo. Soy poco optimista y he visto desaparecer en mi ciudad (Granada) casi todos los cines, solo queda uno de sala única y casi igual que hace 30 años, El Madrigal. Gracias por estos reportajes, un saludo.
ResponderEliminarGracias a ti Felipe.
ResponderEliminarEn Madrid tristemente quedan pocos locales de sala única. Hasta hace poco el Roxy A era el más grande de todos, hoy esta cerrado pero al menos no se ha desmantelado. Despues el Bogart que como le he dicho a Jordi va camino de la desaparicíon y el Postas y el Cervantes otros dos X son los unicos que conservan sala única. Una verdadera lástima.
Cierto es que hoy toca vivir otro modo pero al menos que nos dejen alguna sala al estilo original.
Muchas gracias a ti tambien por tu maravilloso blog al que invito a seguir a todos mis lectores. http://palacio-del-cine.blogspot.com.es/
Un saludo.
buenas tardes. sobre los unicos cines grandes que quedan abiertos en madrid, decir que lo que hoy es lasala 1 del cine callao es exactamente el cne de toda la vida (la sala 2 son los sotanos donde estuvo la discoteca cleofa's) y la sala 1 del cine capitol, lo mismo: es la sala grande de toda la vida (las salas 2 y 3 son sotanos que estuvieron cerrados muchos años). ademas, las salas 1 del palafox y el palacio de la prensa son el patio de butacas de los cines iniciales, con toda su grandeza (las otras salas se ubicaron en los entresuelos, sin afectar al patio de butacas)
EliminarHola David.
ResponderEliminarYo creí que ya ni quedaban salas X. Esta sala, además compartía manzana en la calle paralela (Colegiata) con el cine (incluso cinestudio) FALLA ¿te acuerdas? en los años ochenta y noventa.
El reportaje que has hecho es completo, bien narrado mejor docuemntado y por cierto, MUY BUEN TRATAMIENTO FOTOGRÁFICO, con ese virado y suciedad de las imágenes, a propósito, supongo.
Vas a tener qu eir pensando en CINES DE MADRID 2, el retorno, je je.
Un abrazo.
Hola Pablo.
ResponderEliminarMucha gente piensa que este cine ya no existia, la falta de carteles e incluso de la marquesiana lo hacen pasar completamente desapercibido.
Yo no conocí el cine Falla pero se de su existencia por mis investigaciones, incluso me atreveria a decir que ocupó el taller de impresión del otro periodico el Heraldo de Madrid. Todo cuadra.
No se ni siquiera que es lo que hay en la actualidad pero iré a investigar.
Lo de las fotos pensé que sería una buena opción. le dan un aire aún más tétrico al local, aunque tengo que decir que apesar de todo es un sitio muy limpio aunque si es cierto que muy, pero muy gastado.
Un abrazo y gracias por acompañarme una semana más.
David.
este cine pasa completamente desapercibido, yo lo descubrí casi de casualidad paseando por Madrid, pero no me fijé en los detalles de las escaleras y demás, ya que me dio mal rollo el ambientillo tan decadente del mismo (de lo cual me arrepiento, fui un rancio). Gracias siempre por tan maravillosos textos y maravillosas fotos
ResponderEliminarHola Coxis.
ResponderEliminarNo me extraña que no vieras nada, es un local muy, muy raro. El día que hice las fotos el cine estaba abierto porque la sesión continua es desde primera hora de la mañana hasta las 12 de la noche, y desde luego doy fe de que es un sitio, al menos extraño. Los empleados estan acostumbrados a ello y son personas de lo más normal, encantadores, pero sinceramente a la gente le da mucho reparo este tipo de locales.
Gracias a ti por no faltar a la cita.
hola david, como siempre un reportaje estupendamente elaborado.
ResponderEliminarpues me ha gustado mucho poder ver estas estupendas fotos, la verdad nunca entre en esta sala, a veces estuve tentado en hacerlo, pero al fin desisti, dada la gente que normalmente lo frecuenta, y lo que se cuece en el interior de su sala.
bueno, la verdad por un lado es de alegrarse para los que somos amantes de estos antiguos cines de que siga tal como estaba hace muchos años, la verdad segun veo en las fotos, es como retroceder en el tiempo y poder volver a disfrutar de una tipica sala de barrio de sesion continua , pero por otro lado lamento que se este dedicando a este tipo de programacion, ojala pudieran volver a verse otro tipo de peliculas.
seria un cine perfecto, tal como desea su proyeccionista, para volver a resucitar esa querida sesion continua..... en fin una pena, pero bueno como he dicho me alegro siga funcionando todavia. Creo que la rentabilidad de esta sala se debe a su publico fiel que acude hay para hacer otros menesteres que desde luego no son ver una pelicula, por que indudablemente este tipo de cine se puede ver en internet.
Curiosa la cabina de proyeccion , con ese proyector de 35mm. arrinconado y en deshuso hace ya unos cuantos años, eso si el local en general esta bastante descuidado de mantenimiento, cosa que por otro lado le da aun mas encanto.
un saludo david.
Sí que emociona tu reportaje, David. Las fotografías y las descripciones son magníficas, pero lo más conmovedor es tu forma de hablar de este cine en concreto. El hecho de que éste se haya convertido en un local demasiado peculiar no quita para exponer lo que fue y todo lo bonito que conserva. Mirándolo desde otra perspectiva, si no se hubiese convertido en cine X ahora no podríamos admirar esas molduras ni esas barandillas de su decoración.
ResponderEliminarBravo por la exposición y por el cariño a los cines de Madrid con que tratas tus entradas.
Un gran besote.
Hola Alberto, me alegra volver a contar contigo en mi blog.
ResponderEliminarEfectivamente el local esta intacto, y sería perfecto para resucitarlo, aunque su portada no valga mucho y su aforo no sea muy grande podría ser algo parecido al Doré. Ahora, la inversión sería descomunal, habría que reformarlo de arriba a abajo, empezando por la cubierta que causa unas terribles goteras en el interior del local. Pero no por ello deja de ser precioso, como tu bien dices alli no creo que se vaya a ver cine, se va a mirar, a Rocco Siffredi o al de al lado. Es un ambiente muy extraño pero que da dinero, y en estos tiempos de crisis es lo que interesa. Ellos no hacen ningún daño a nadie, no molestan, y lo que se cuece en aquel local no es sabido más que por los que lo frecuentan o se lo imaginan. En cualquier caso es maravilloso ver el espiritu con el que Rafael Sánchez afronta cada día su trabajo, aunque ya no tenga que repasar las peliculas y rebobinarlas, sigue empasible cada tarde a la verita del DVD.
Muchas gracias.
Hola Charo.
ResponderEliminarA mi si que me emociona que me sigas entrada tras entrada. Tienes toda la razón si este cine no se hubiera convertido en una sala X seguro, seguro que ya no existiria, ahora sería un almacen de chinos o dos, tres, o cuatro locutorios.
Como ya he dicho el cine Alba es hasta el momento el mejor cine que he visto en mi vida, apesar de sus goteras, sus parroquianos y su programación. Valga esta entrada de homenaje por él, y de agradecimiento a la empresa que lo explota por, de una forma o otra y por, una causa o otra, mantener vivo este pequeño tesoro en el corazón de Madrid.
Gracias.
Un beso y un abrazo.
yo frecuentaba el cine alba a finales de los 70: estudiaba por la tarde y tenian una programacion de programa doble razonablemente buena y aprovechaba sus matinales. la pantalla era bastante mas grande que la que se ve ahora: ocupaba toda esa pared, ahora mas ocupada por alguna cobertura roja. en este cine vi "el pequeño principe" de stanley donen, "mujeres enamoradas" y "valentino" de ken russel, "carga maldita" de william friedkin, "the warrirs" de walter hill y "navajeros" de eloy iglesias ... que recuerde ahora
ResponderEliminareste cine ha "reabierto", convertido en un bar restaurante con una pequeña sala de cine para 50 espectadores con programacion diaria y muy estimulante. se llama "sala equis" y es digno de ser conocido y apoyado para que se consiga mantener el proyecto de restaurante-cine-restaurante en un marco tan interesante como el antiguo cine alba.
ResponderEliminarHola, muchas gracias por la noticia.
ResponderEliminarLo desconocía por completo, intentaré ponerme en contacto con ellos a ver si puedo actualizar la entrada con refrescantes noticias.
Bravo por la idea.
Un saludo.
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ResponderEliminarContinuing to provide the best great themes for this beautiful site .
En mi última visita a Madrid , visité lo que es ahora el local . Me alegro de que no se haya perdido en parte la esencia del antiguo cine . Como sala de cine funciona solo una pequeña sala que creo se ha echo en lo que fué el antiguo anfiteatro. Los lavabos se han conservado tal cual estaban . Y en lo que fué el patio de butacas han echo un espacio multicultural de encuentro y también proyecciones . Bueno el fin cultural está ahí mejor que el comercial .
ResponderEliminarSupongo que los antiguos trabajadores pasarían a la jubilación o al paro .
Un saludo .