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4 de mayo de 2010

EL CINE REX. (Un pequeño tesoro en la cuerda floja)


En el tercer tramo de la Gran Vía, en ese momento conocido como avenida de José Antonio, en un solar en esquina con la calle de Silva, el ya afamado arquitecto D. Luis Gutiérrez Soto, proyectó la construcción de un magnífico edificio para hotel, y locales comerciales en 1943. Este proyecto fue modificado en 1944 antes de su construcción para sustituir parte de los locales comerciales, por una pequeña sala de cinematógrafo y una sala de fiestas en su planta sótano.  El edificio se levantó en diez alturas más la baja y los dos sótanos, realizándose su estructura totalmente en hormigón armado con fachadas en ladrillo fino visto y pilastras de granito. Ocupó un solar en esquina muy abierta creando una fachada prácticamente plana que terminaba de camuflarse con la continuidad de los materiales y su fisonomía.



Fachada continuada del primer proyecto no realizado  a la Avenida de José Antonio 43 duplicado y a la calle Silva 16.

A mediados de 1944 comenzaron las obras y un año después el edificio estaría casi terminado, abriendo en primer lugar el cine, con posterioridad el hotel y años  más tarde la sala de fiestas. 

 
Proyecto definitivo para la fachada del edificio Rex, donde se instalarían un hotel, un cine, y una sala de fiestas con el mismo nombre y dos locales comerciales de varias alturas.

El cine, de una intrincada distribución, se construyó en la parte interior del solar dejando su entrada principal a la avenida de José Antonio y una salida de emergencias a la calle de Silva. La sala que se estimaba con aforo aproximado de 500 espectadores se construyó al revés de lo habitual, dejando la pantalla de espaldas a la entrada y los anfiteatros en su fondo. Junto a la puerta de entrada al hotel en el nº 43 duplicado de la citada avenida, se realizó un amplio hueco de entrada a la sala de cine. En los planos adjuntos a este articulo, aparece en ese mismo hueco una entrada a la sala de fiestas situada en los sótanos, pero hay una gran controversia a este respecto ya que en ninguna de las fotografías de la época se llega a vislumbrar, por lo que da que pensar que esa entrada no se construyó realmente en ese lugar, si no que se trasladó a la entrada principal del hotel accediéndose desde esta. No obstante no es el único detalle ilustrado en los planos que no se llevó a cabo, si no que en el hall de entrada no aparecen tampoco una semirotonda flanqueada por columnas que realmente sí que existió desde el primer momento. Por lo tanto dudamos en como sería la originaría entrada del local ya que no hay ninguna imagen ni plano fiable con el que podamos contrastarlo.


Planta baja del edificio, obsérvese la entrada a la sala atravesada por la sección A-B, esa escalinata al sótano no se construyó en ese lugar.

Por lo tanto llegamos a deducir que el pórtico de fachada que ostenta en la actualidad es el original, construido en su totalidad en mármol y granito, dejando en su lateral derecho un pequeño habitáculo destinado a la taquilla. Traspasando las puertas de entrada nos encontrábamos un espacio bastante amplio y de dos pisos de altura, ya que ocupaba la baja y el entresuelo, y  decorado de una forma muy elegante, pisos de mármol, paredes con abultados y pilastras de escayola, cuatro columnas de  piedra artificial de estilo jónico, y magníficos trabajos de escayola en los techos de los que pendía una gran lámpara de cristales. Todo el espacio estaba decorado con estuco al fuego, técnica que había dejado de utilizarse hacía ya tiempo y que le confería a la estancia un exquisito gusto. [...] 

El resto de la información la podrán encontrar en la página 126 de mi libro "Cines de Madrid"