Aunque en este blog hablamos siempre de locales cinematográficos, en esta ocasión vamos a hacer una excepción. Nos centramos hoy en el Teatro Club Recoletos, que ocupó un local en las plantas sótano de un edificio que se había construido recientemente en el número 16 del madrileño paseo de Recoletos.
Corría el Año 1955 cuando los empresarios Carmen Troitiño y Manolo Benítez Sánchez, adquieren un local en sótano, que llevaba anunciándose en prensa desde hacía ya algunos años como ideal para sala de fiestas. El proyecto de reforma en teatro corrió a cargo de Manuel Ródenas que acompañado del decorador Luis García de la Vega, trasformó el diáfano local en la sala para representaciones teatrales más pequeña de la capital española.
La entrada al local era muy austera y se encontraba en el lateral derecho de la fachada del edificio, una pequeña puerta de no más de dos metros de ancho era el único acceso al teatrillo. Nada más traspasar la puerta y tras un pequeño vestíbulo estaban las escaleras de acceso a la planta sótano. Al llegar al primer nivel encontrábamos el amplio vestíbulo, que a pesar de no ser muy grande lo parecía, ya que uno de sus laterales estaba completamente forrado con lunas de cristal, frente a estas, grandes tapices decoraban sus paredes. Los techos no eran muy altos y estaban decorados con mucha sencillez, en ellos se había escondido la iluminación que se realizaba de una forma indirecta. Bajo el tiro de escalera principal se encontraba guardarropía y un pequeño hueco donde se había instalado una librería donde se podía adquirir obras literarias. En el otro extremo y frente a la tienda, se ubicaba el bar, que se desarrollaba en forma circular y estaba decorado con mucha sencillez y funcionalidad. Desde este vestíbulo se tenía acceso a las localidades de entresuelo del pequeño teatro a través de dos huecos a ambos lados de este. El entresuelo que se desarrollaba en forma de herradura, contaba con 53 butacas colocadas estratégicamente para una perfecta visión. Desde el vestíbulo se podía también acceder a los servicios para caballeros y señoras de esa planta.
Una imagen del vestíbulo tomada desde la escalera de acceso principal.
Planta entresuelo o primer sótano del Club Recoletos.
El resto de la planta estaba ocupada por los aseos femeninos y masculinos que contaban con ventilación directa a un patio interior de la finca. Además desde uno de los laterales del entresuelo se podía acceder a un cuarto de control e iluminación del que partía una escalerilla que bajaba hasta el espacio escénico.[...]
El resto de la información la podrán encontrar en la página 238 de mi libro "Cines de Barrio"