Hace ya algunos años escribí un capítulo titulado “El Cinema
Europa, el pasaje del Terror”. Hoy me gustaría dar un repaso a la historia del
inmueble, incluyendo algunos nuevos datos y sobre todo imágenes, inéditas hasta
el momento del moderno y colosal Cinema Europa.
En la popular calle de Bravo Murillo, en el extremo norte de
la capital y arteria principal del barrio obrero de Cuatro Caminos, se
construyó en 1928, por iniciativa de D. Francisco de la Vega, D. Manuel Vicente
y del famoso arquitecto D. Luis Gutiérrez Soto, un magnífico inmueble destinado
a cinematógrafo.
El diseño del edificio exigía que se construyera en esquina
con lo que además de dotar al inmueble de unos accesos adecuados, se le daría
un aspecto más magnificente, para ello hubo que crear una nueva calle,
posteriormente conocida como pasaje del Europa.
En un principio se realizó un diseño en el que se instalaría
una terraza de verano en la azotea, que realmente se construyó pero que nunca
fue inaugurada, trasladándose esta a un terreno vecino de 42.000 pies, diseñado
al igual por el Sr. Gutiérrez Soto, construyéndose a tal efecto un kiosco
destinado a banda de música y café.
Alzado principal del cine Europa.
El inmueble se proyectó en cinco alturas más sótano, y se
construyó en estructura de hormigón armado sobre un solar de forma rectangular
de 17.000 pies de superficie por la Nueva Sociedad General de Construcciones.
Para sus fachadas se utilizaría un refinadísimo estilo racionalista,
influenciado sin duda por el alemán Erich Mendelsohn, que se reproduciría en
varios edificios de la zona. Si bien en sus anteriores obras, el Cine Callao o
la Flor utilizó el clásico repertorio de
las salas de proyección construidas hasta el momento, en esta ocasión Gutiérrez
Soto, nos sorprende con la utilización simultánea de Art Decó y Expresionismo,
que seguirá empleando con posterioridad en el Cine Barceló, obra culmen del
artista. Las fachadas se habían construido con ladrillo fino, y revocados
planos en color crema, creando paños lisos y estriados, impostas y huecos
(Arquitectura teatral en Madrid) rematando la obra, su esquina coronada en la
que se colocó la palabra CINE visible desde larga distancia.
Fachada lateral del inmueble.
Obras de construcción del Cine Europa.
Pared posterior medianera del edificio del cinema Europa.
El inmueble estaba constituido en dos partes diferenciadas,
por un lado el bloque formado por el bar y billares, junto al vestíbulo de
entrada donde iría inserta la escalera imperial que uniría todas las plantas y
por otro lado el patio de butacas, anfiteatros y el amplio escenario.
Diversas publicaciones se hacían eco de la inauguración del
inmueble.
Imagen del local recién inaugurado.
El bar funcionaba de forma completamente independiente al
resto del inmueble, aunque tenía acceso directo desde este; estaba compuesto de
tres plantas más sótano; en la planta calle, estaba instalada la barra de bar,
desde aquí y por una escalera construida en uno de sus extremos, se accedía
hasta la planta de entresuelo en la que había un amplio hueco con barandilla
desde donde se podía ver la planta inferior, alrededor de este se habían
colocado algunas mesas y sillas confiriendo a la estancia un perfecto rincón de
tertulias ajenos a las miradas de los transeúntes. La escalera seguía subiendo
hasta la planta primera, donde se instalaron los billares, una amplia sala que
poseía un hermoso mirador a la calle de Bravo Murillo. En la planta de sótanos
se instalaron los retretes y almacén del bar.
Plano de la planta baja.
El inmueble el día de su inauguración.
La entrada al cinematógrafo se hacía a través de un gran
hueco con tres puertas a la calle de Bravo Murillo, el hall era alto, de dos
pisos y en la parte superior asomaban balconcillos con huecos de las escaleras,
vestíbulo y café. Se había decorado con sobriedad, solados de mármol, abultados
en escayola, y detalles de pintura a cargo del afamado pintor Agustín Espí, la
sala se inundaba de luz a través de un gran ventanal de influencia Art Decó al
igual que la hermosa lámpara que pendía del techo. Junto a la escalera que
discurría en dos tramos simétricos que confluían peldaños arriba, se había
instalado un ascensor con gran capacidad para servicio de las localidades más
altas.
Una magnífica perspectiva del hall de entrada.
Traspasando un amplio hueco accedíamos al vestíbulo principal
de la planta baja, en cada uno de sus extremos había otras dos escaleras de
acceso al entresuelo, junto a estas los aseos. Tres puertas daban entrada al
patio de butacas, que tenía una fuerte pendiente hacia el escenario. La sala
era muy alta y contaba con dos anfiteatros con huecos de 22 metros de luz, con
resistencia de 750 kilos por metro cuadrado, sin apoyos intermedios y grupos de
palcos que escalonadamente iban descendiendo a la vez que se estrechaban hasta
llegar a confluir con la embocadura del amplio escenario. Estaba decorado con
sencillez, se dejaban entrever grupos de pilares redondeados de la estructura
de hormigón que sujetaban los pisos de entresuelo y principal.
Una imagen de la sala tomada desde uno de los palcos de la
planta principal.
Los antepechos y parapetos de los pisos más altos, estaban
realizados con abultados longitudinales que discurrían en disminución hasta la
pantalla, centro de miradas de la sala. La iluminación se realizaba de una
forma indirecta con plafones de líneas horizontales que se habían colocado en
paredes y techos.
En la planta más alta se vislumbraba parte del forjado de
hormigón de la cubierta que formaban amplios huecos rectangulares. Del centro
del techo pendía una gran lámpara formada con cristales engarzados de forma
piramidal.
En la planta primera, bajo la rampa del entresuelo se instaló la
barra de bar, a ambos lados de esta, los accesos a la parte más baja del
entresuelo. También existían en esta y las restantes plantas, aseos para
caballeros y señoras. En la siguiente planta que servía de acceso a las
localidades más altas del entresuelo y reservados que se habían instalado tras
las butacas, se construyó la cabina de proyección, donde se instalaron dos
proyectores de la marca Philips. El resto de la planta estaba ocupada por los
billares y una pequeña habitación donde había un proyector que plasmaba sobre
un cristal opaco colocado en la gran vidriera de la fachada principal, imágenes
publicitarias de los próximos estrenos.
Plano de la planta principal.
Un piso más arriba se encontraban los accesos a las
localidades inferiores del segundo anfiteatro y una sala de descanso que se
inundaba de luz a través de la gran cristalera que hemos comentado con
anterioridad. En la planta más alta se instalaron los despachos de dirección y
cuartos de servicio, al igual que los accesos a los palcos y localidades más
altas de la sala.
Detalle de la iluminación de los palcos y decoración de
líneas horizontales de los parapetos.
Junto al escenario se construyó el foso para la orquesta que
quedaba semi-escondido bajo el escenario. Contiguo a este se erigió una
escalera que recorría de arriba abajo el local y servía de salida de emergencia
en caso de siniestro y que tenía salida directa al callejón particular.
Repartidos por varios puntos de la sala se encontraban extintores y mangueras
para uso en caso de incendio, además poseía un curioso sistema de aspersión
sobre el espacio escénico que se accionaba mediante una llave desde el patio de
butacas.
Sección de la sala.
En un principio poseía un aforo total de 2.500 localidades
repartidas entre el patio, los palcos y los dos anfiteatros, contaba además
como hemos mencionado anteriormente, con amplios vestíbulos y salas de recreo,
dos bares y salón de tertulias. Un verdadero casino para los vecinos del barrio
que se alzaba altanero entre las casitas de obreros repartidas por la barriada.
El local abrió el día 11 de Octubre de 1929 con el film “El
Hermanito” con un lleno apoteósico, éxito que siguió cosechando durante mucho
tiempo. Podia presumir de tener cuatro taquilleras despachando a la vez. Con el
transcurso de los años en una España de revueltas políticas, el local pasó a
ser centro de conferenciantes políticos, mientras que las tardes se repartían
en sesiones cinematográficas.
En el local de grandes dimensiones se reunían los seguidores
de cualquiera de los ideales políticos del momento, por lo que junto a este se
solía congregar multitud de gente, lo que ocasionaba que en muchas ocasiones
terminasen en trifulca.
A las puertas del Cinema Europa en el momento de la salida de
uno de los mítines.
El público congregado durante un mitin en el cine de verano Europa.
En un mitin celebrado el día 2 de Febrero de 1936 que tenía
como principal interlocutor a D. José Antonio Primo de Rivera, se cantó por primera
vez el que sería el himno de Falange Española titulado “Cara al Sol”.
Varios aspectos del interior del local durante un mitin.
A partir del momento en el que comenzó la Guerra Civil el
local fue incautado por la CNT y en el se estableció el cuartel de las Milicias
Confederadas conocido como el Ateneo Libertario. Su principal cabecilla era
Felipe Emilio Sandoval Cabrerizo también conocido como “El doctor Muñiz”, un
anarquista que desde muy joven ejercicio como verdugo de la clase burguesa,
siendo su principal papel la lucha en la retaguardia.
Felipe Sandoval, cabecilla de la Checa del Europa y enemigo
público numero uno.
Documental "El horror de las injurias"
El lugar de reunión de estos grupos de revolucionarios era
conocido como “Checa”, la más temida la de “Fomento”, en sus sótanos se
cometían crímenes y torturas a enemigos políticos ya fueran de derechas o
izquierdas, por los que los anarquistas sentían un gran odio. El cine Europa
pasó a ser entonces “Checa” y cuartel de la policía de la revolución, almacén
de aprovisionamiento, calabozo y sala de torturas. En la explanada posterior
donde estaba el cine de verano, los hombres de Sandoval hacían prácticas
militares que luego desempeñarían en el campo de batalla “la calle”. A Sandoval
que llegó a ser el enemigo público número uno, conocido como “el presidente del
tribunal de la muerte”, le llegaría su fin terminada la Guerra Civil, tras el
alzamiento Nacional. Huyó al exilio pero fue arrestado y encarcelado, su final
acaecería meses después cuando él mismo se quitó la vida.
Dos aspectos de la calle de Bravo Murillo a las puertas del cinema Europa durante la Guerra Civil.
Tras la Guerra Civil el local que había sufrido algún que
otro desperfecto fue reformado retomando nuevamente su función como
cinematógrafo.
En los años 50 el café de la esquina pasó a convertirse en
los grandes almacenes Europa, uno de los pioneros en el barrio, suprimiendo el
salón y sala de billar de los pisos superiores, momento en el que la se realizó
una importante reforma de remodelación en la sala, reduciendo su aforo a 2.258
localidades.
Entrada al cinema Europa en los años 50.
El vestíbulo principal del cine, obsérvese el detalle de las
vitrinas con productos de los almacenes Europa adyacentes al mismo.
El gran vestíbulo de acceso al patio de butacas. Véase el
detalle de los suelos de mosaicos originales, uno de los pocos supervivientes
del proyecto original.
Espectacular imagen plano picado del patio de butacas del
flamante cine Europa visto desde el entresuelo.
La pantalla vista desde el fondo del patio de butacas.
El aforo completo del moderno cine Europa. Obsérvese que
lucía ausente de cualquier adorno original.
Un aspecto del club del cine Europa. En la imagen podemos
apreciar la cabina de proyección, instalada en la planta segunda del inmueble.
Detalle del techo de la sala, lugar en el que estuvo instalado
el gran plafón central.
Una imagen del bar de la primera planta y acceso a vomitorios
de club.
Los terrenos adyacentes, donde estuvo el cine de verano, fueron
edificados, dejando la calle lateral convertida en un estrecho callejón. Con
posterioridad ya en los años 60 el edificio sufrió una importante intervención
que borró de una sola vez todos los detalles del pasado. Una capa de cemento
gris cubrió las magníficas caras del inmueble, cegando ventanas, abriendo
otras nuevas y eliminando el original hueco con vidriera del cartel anunciador.
Nada quedó del magnífico edificio que diseñó Gutiérrez Soto, salvo el cuerpo
abultado en esquina que también había sido modificado.
Varias imágenes del edificio en los años 70 y 80 cuando aún funcionaba
como cine.
Interiormente fue reconvertido, dejando por un lado entrada a
la sala de cine en su lugar original, conservando aún la escalera a lo imperial
que servía de accesos a todas las plantas. Por otro lado en la esquina,
ocupando solo la planta baja y el sótano se instaló una tienda de regalos,
Nachus que permaneció abierta una larga temporada. Un portal daba acceso a las
plantas superiores donde ocupando toda la fachada a la calle de Bravo Murillo
se instaló un hotel residencia.
El 29 de Febrero de 1988 el cine Europa dio su
último pase y las viviendas fueron poco a poco quedando desalojadas.
Se habló en algunas ocasiones de su reconversión en sala de
espectáculos teatrales pero los propietarios a finales de los 80, afirmaban que
el edificio sería derribado y en su lugar se levantarían modernas viviendas.
Durante estos años de tira y afloja entre los propietarios y la administración,
el edificio se sumió en una ruina que se hacía palpable en sus oscuras fachadas,
aconteciendo incidentes como la caída de parte de la marquesina metálica que
ostentaba el cine.
Finalmente en 1995 el edificio fue adquirido por una empresa
de fontanería “Saneamientos Pereda” que transformaría todo el inmueble para
construir en su interior un gran almacén de fontanería y saneamientos. Para
ello y debido al alto grado de protección que ostentaba el inmueble, se realizó
una minuciosa obra de restauración que devolvería a sus fachadas su verdadera
identidad, una operación muy delicada que fue llevada a cabo, bajo la dirección
del arquitecto Vicente Molina.
Las relucientes fachadas del edificio que albergó el cine Europa en la actualidad.
Exteriormente se cometió un error de restauración al
colocar una carpintería cromada, ya que esta con su cegador brillo le resta
importancia a la fachada que ya se vé bastante mutilada por la gigantesca y
llamativa marquesina.
El patio de butacas se desmontó por completo y se construyó
un nuevo forjado que niveló la planta al ras de la calle, aprovechando para
construir en el hueco dejado por este una nueva y más amplia planta de sótano.
La escalera a lo imperial fue derribada en su arranque, construyendo en su
lugar un bar café para clientes. Se le dio entrada a la tienda por la zona
donde inicialmente estuvo el bar; una escalinata nos sumerge a sus sótanos
donde hoy se expone mobiliario de baño. El vestíbulo principal ha desaparecido y
en su lugar hay más exposición.
Un aspecto de lo que fue el bar bajo la rampa del entresuelo.
Una imagen de lo que fueron los palcos del cine Europa hoy
convertidos en exposición de objetos de baño.
El hueco que ocupó el patio de butacas es hoy un autoservicio
de fontanería, como sí se conservaron las medidas originales del hueco del
patio, este tiene una altura de cuatro plantas, a sus lados quedan
completamente deformados los que fueron palcos y gradas de entresuelo y club,
hoy trasformados en exposición de bañeras y duchas. El muro que separaba el
escenario del patio se derribó y en su lugar se construyeron nuevos forjados
dándole continuidad a los palcos formando un corredor alrededor del hueco. En
las rampas del entresuelo y principal, hoy se exponen escalonadamente
mobiliario de baño y cocina. El techo de la sala fue desmontado y sustituido
por una gran bóveda acristalada. Tan solo en alguna de las plantas se deja
entrever la original estructura de hormigón armado que tan orgullosamente
levantó la Nueva Sociedad General de Construcciones.
Quien sabe, quizás en un futuro alguien vuelva a rescatar el interior del que fue uno de los mejores cines de Madrid, el Cinema Europa.